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Martes, 06 Febrero 2024 13:08

"Cualquier tibieza es indulto ante los casos de corrupción"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas

La noticia pasó desapercibida como si la pérdida del poder hiciera menos espectaculares las investigaciones por corrupción. Pero en estas horas la Cámara de Casación decidió que a Cristina Kirchner se la siga investigando por la Ruta del dinero K. Había sido la inexplicable decisión del fiscal Guillermo Marijuan -que luego de pasearse con excavadoras por toda la Patagonia había dicho que no había elementos de prueba para proseguir con la pesquisa contra la ex presidenta- la que la había salvado. Las malas lenguas dicen que fue uno de los últimos favores judiciales de Sergio Massa que ya la cortejaba para ser el candidato presidencial del peronismo.

Se daba una situación insólita: Lázaro Baez, el socio que pasó de gerente de banco a terrateniente patagónico, está condenado a 10 años de prisión y a la fiscalía había dejado repentinamente de interesarle el papel de la señora Kirchner en el lavado de dinero. Ahora luego de que la ONG Bases Republicanas se presentara como querellante, y obtuviera la revocación del sobreseimiento en la Cámara Federal Porteña, es Casación Penal donde esto se confirma en un revés total ante un planteo de la propia Cristina.

Es la justicia la que debe determinar si Cristina es inocente o culpable. El sobreseimiento sin juicio es un escándalo y un privilegio. Cristina lo intentó en las causas de Pacto con Iran y Hotesur Los Sauces. En Ruta del dinero K, el propio fiscal había aportado la llave inexplicable. Si es inocente, ¿por qué no quiere que se la investigue?

A Cristina Kirchner la espera este año una intensa agenda en los tribunales. Los juicios orales del caso Cuadernos de la Corrupción, Pacto con Irán y Hotesur-Los Sauces están a la vuelta de la esquina. Pero nada es tan grave como la causa Vialidad, donde la definición se acerca. A mitad de año, la Cámara estará en condiciones de decidir si absuelve, confirma sentencia por 6 años de prisión o agrava la condena a Asociación ilícita según pide el fiscal Diego Luciani. Hoy no parece probable una absolución, y la sola condena por defraudación al estado acerca inexorablemente la posibilidad de la prisión domiciliaria e inhabilitación para ejercer cargos públicos.

En esta causa dijeron los jueces que “aún sin amistad, ni sociedad formal, el lucro que recibía Fernandez de Kirchner gracias a Lazaro Baez resulta más que suficiente para explicar el montaje de la defraudación”. El blanqueo de ese dinero es el que conduce directamente a las causas por lavado con las propiedades y las cuentas en el exterior. Ahora, esta última se seguirá investigando.

Los casos de corrupción deberían ser imprescriptibles, porque las sociedades siguen padeciendo los efectos del robo, no sólo en tanto no se devuelva lo robado, sino por los males permanentes que ocasiona luego de esquilmar recursos que deberían ser para el beneficio público, hundiendo a los países en la decadencia y en la bancarrota moral, y perpetuando en el estado estructuras para la malversación.

El actual gobierno insiste en que el que las hace las paga. No deberían olvidarse de los que tienen que pagar por la corrupción. Aunque no le corresponda al gobierno sino a la justicia desterrar para siempre la impunidad, las señales políticas no deben dejar dudas al respecto. Toda tibieza o titubeo en este sentido sólo será una forma de validación o peor, de velado indulto.

Argentina sigue necesitando un contundente Nunca Más para la corrupción.