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Miércoles, 08 Noviembre 2023 15:36

"El “Conu” es un escalón, no es el final"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas

“Hola Arielito, Necesitamos saber si estos intendentes apoyan a Scioli para el ballotage”, es uno de los pedidos que le hacen a Ariel Zanchetta antes de la segunda vuelta de 2015.

En otro le piden “la solvencia” de un “objetivo, y de otro, le dicen, “necesito todo, especialmente lo más malo que hizo en su vida”.

Zanchetta responde metódicamente, incluyendo todo tipo de información, y poniendo seudónimos a sus objetivos: “Te mando lo del turbante” o Te mando lo de “los rusos”

Tres individuos que le pedían tareas de espionaje son a la fecha de esos correos personas que se identificaban como agentes de la AFI.

Esos tres nombres, cuya identidad como espías está protegida, se cuentan entre los que la mañana en que apareció el fiscal Nisman con un tiro en la cabeza, tenían una actividad de comunicaciones telefónicas muy llamativa para un tórrido domingo de enero cuando aún no se sabía lo que había pasado. ¿Por qué Zanchetta contaba información de la causa, de sus declaraciones ante la justicia, y mencionaba que se había borrado elementos? ¿Los elementos borrados tienen que ver con la muerte del fiscal? El archivo en poder de Zanchetta constaba de 12 páginas y ya fue enviado por el fiscal Pollicita al fiscal Eduardo Taiano que analizará si le cabe al espía inorgánico algún involucramiento que pueda valer una imputación en el caso Nisman.

Por toda la información con la que contaba y por estas actividades, que incluyeron espionaje a jueces, políticos, periodistas, empresarios y otras figuras reconocidas de las que armaba carpetas o “tiras” como las llamaba, el fiscal Gerardo Pollicita no tiene dudas: es inminente que Ariel Zanchetta sea convocado a declaración indagatoria para ser imputado por espionaje ilegal.

Como hay información íntima y personalísima de los espiados, los casos sólo serán nombrados por el título del archivo pero sin revelar datos que puedan afectar el derecho a la privacidad de las víctimas.

Pero son sus dos terminales políticas hasta ahora las que generan un terremoto institucional. Rodolfo Tahilade, operador judicial de Cristina Kirchner, puntal del juicio político contra la Corte Suprema como diputado, y ex agente de contrainteligencia de la Afi, por un lado. El fiscal de ser necesario podría avanzar en el pedido de desafuero del diputado kirchnerista y sería imprescindible analizar su teléfono. Pero primero quiere avanzar con la información de los archivos. Hay cinco personas analizando los 17 dispositivos de Zanchetta que aun resta revisar.

El caso de Fabián el Conu Rodriguez, un hombre del corazón del poder de La Cámpora, es igual o más sensible que el de Tahilade. De hecho es quien en parte financiaba a Zanchetta con pauta publicitaria de la provincia de Buenos Aires con un monto que actualizado sería de 500 mil pesos mensuales, sólo de lo que consta.

Pero vamos paso por paso: el Conu, a quien le dicen así precisamente por Conurbano, ni siquiera se puso a disposición de la justicia en estas horas. No está prófugo porque nadie pidió al momento su detención, pero en los hechos “no está”. Cuando allanaron su oficina de la AFIP, estaba su notebook pero él no apareció. Los investigadores creen que se ocultó. O que le avisaron. Y por eso no pudieron hacerse de su teléfono personal. No estamos hablando de un funcionario menor sino del número dos del poderoso organismo de recaudación.

En el allanamiento realizado en su casa se secuestraron 17 pendrives, 13 notebooks, 9 celulares y dos tablets. Con lo que se dispone, el fiscal podría pedir ya mismo su indagatoria, pero prefiere sumergirse en el mar de datos que arroja la pesquisa para tener todos los elementos a disposición.

En ese inmenso mapa de información surgida de un mercado negro donde se comercia data de las personas, todo puede aparecer. Sudamericanadata, la empresa de la que Zanchetta obtenía datos no cumplía con los requisitos legales y fue clausurada

¿Con quien más se comunicaba Zanchetta? ¿Qué otras carpetas tenía? Para dar sólo un ejemplo, en este caso se hizo algo que pocas veces se realiza: allanamientos informáticos. Es decir abrir direcciones de mail con la ayuda de un perito. Al allanar diez correos encontraron miles de archivos. El submundo que aparece seguirá deparando sorpresas y conexidades.

Los mensajes de Zanchetta que destaparon la olla, surgieron de una cuenta de Whatsapp de la que habían sido eliminados. Pronto, Ariel Zanchetta deberá responder por lo que intentó borrar y fue rescatado. Las memorias de sus teléfonos no olvidaron. ¿Recordará él?

El fiscal Gerardo Pollicita tiene un estilo meticuloso. Es el mismo que realizó la instrucción del caso Vialidad en sus orígenes, y el que salvó la denuncia del fiscal Alberto Nisman de ser desestimada en forma express. Emprende ahora la pesquisa informática más ambiciosa que le haya tocado. Ya antes inició la causa que llevó a una condena de Cristina Kirchner en tiempos en que ella estaba en la cúspide de su poder. El entramado que debe desentrañar bien puede volver a llegar a la señora o a su hijo. Pero esos escenarios son por ahora hipotéticos. Por toda respuesta, él contesta: “El Conu es un escalón, no es el final”. El final de la escalera puede ser bien arriba. En eso coinciden todas las fuentes.