No sólo estamos ingresando en un territorio no conocido, estamos ingresando en el territorio más temido. El de índices de pobreza sin antecedentes en nuestro país. Esa es la panorámica que hay que ver.
En el vértigo de la escalada del dólar contrasta la rapidez de la subida con las largas consecuencias que tendrá el desastre.
El análisis es claro cuando se simplifica el impacto directo de la suba del dólar o de la destrucción del peso a dos derivaciones inmediatas: más inflación y más pobreza.
El punto es que en los niveles que estamos alcanzando, hablamos de porcentajes de pobreza sin precedentes que nos acercan al espanto de Venezuela.
Hay un lugar de Argentina donde la marca ya dio 60%. Es el Gran Resistencia, el punto más pobre del país. Pero hay quienes calculan que ahí puede depositarnos el salto de la inflación que algunos ya califican de hiper.
El diputado de Juntos por el Cambio Rodrigo De Loredo hizo un cálculo basado en las crisis anteriores y llegó a la cifra tan temida como consecuencia del aumento del Plan Platita que en sólo dos meses incrementó el déficit en 2.5% del PBI.
Esa foto de una Argentina de 60% de pobres es un paisaje social que el país nunca vio ante sus ojos, y es lo que puede dejar el cuarto gobierno kirchnerista. Implica que la desgracia del Gran Resistencia se extienda a todo el país.
Encima, en la primera línea de fuego ante la suba de precios están los pobres. Porque lo primero que crece cuando hay altos niveles de inflación son los valores de alimentos y bebidas y las familias más pobres gastan casi la totalidad de sus ingresos en alimentos. Según Gastón Vigo, de Fundación Akamasoa, especialista en el estudio de la pobreza, la alta inflación afecta entre 20 y 25 veces más fuertemente a los pobres.
Con el dólar cruzando la barrera psicológica de los mil pesos, las caras de desazón en la calle hablaban por sí solas. Uno de los comerciantes consultados dio como ejemplo el parámetro de aceleración de la remarcación en pocos meses. “Veníamos de recibir listas cada quince días, pasamos a una semana, y ahora se recalcula el precio cada 24 horas”.
En una economía sin precios, hay quienes no saben a cuánto vender, quienes ya no pueden comprar y quienes directamente eligen no vender.
Estos ejemplos pueden trasladarse a cómo se va achicando la compra con el mismo dinero en el carrito del supermercado o a lo que debe dejarse de lado. En el dejar de lado, empiezan a aparecer alimentos, medicamentos o una de las comidas al día. Con más y más cosas que se deja, el modo de vida se convierte de a poco en el de la supervivencia que es otra de las características de la pobreza, según Gastón Vigo. Y que él enlaza con la noción de ciudadanía.
¿Es solo el que esta en la pobreza alguien que le falta dinero?... que sepa Ser ciudadano y no sobreviviente, la cosa cambia.
Argentina se aproxima a una nueva corrección, explican los técnicos. Se refieren al sinceramiento de la economía que la crisis terminará produciendo sin miramientos luego de que el gobierno populista profundizara irresponsablemente el desastre.
Cuando el ministro de economía amenaza con meter presos a los especuladores, en la berretada de un sketch demagógico, intenta ocultar su propia incompetencia y que tal vez el primero de los especuladores fue él, que usó el ministerio de economía para la repartija electoral de su candidatura. Además, el mensaje institucional lo acerca a Cristina Kirchner. En las repúblicas, los que mandan en cana son los jueces y no los ministros de economía.
Hoy el presidente de la Nación llevó a los tribunales los dichos de Javier Milei a quien denunció por intimidación pública luego de que el candidato presidencial recomendara no renovar los plazos fijos en pesos porque el peso es excremento.
Estos dichos se suman a su afirmación de que cuando más suba el dólar más fácil será dolarizar. Prestigiosos analistas vieron en su estrategia el intento de acelerar una hiper para que el trabajo sucio se produzca antes de un eventual gobierno. En La Libertad Avanza refieren que Milei no logra contenerse de hablar como analista.
La recta final hacia las elecciones y lo más grave de la crisis confluyen en un escenario de incertidumbre como no se recuerda en otros procesos electorales. Milei culpa al gobierno, el gobierno culpa a Milei y Bullrich los culpa a los dos.
En estos días, ante el acelerado deterioro de la situación que vivimos, se me figuró la imagen de un edificio que implosiona y en los momentos del masivo derrumbe sólo deja ver una nube de polvo que lo tapa todo y más. Cuando se asiente el hongo polvoriento se verán los escombros y las ruinas.
En este día a día sin respiro es importante ser conscientes de que el desafío que nos espera, es el de la reconstrucción. Porque ya se rompió todo. No se tratará de una porción de la sociedad sufriendo las terribles consecuencias de un modelo populista agotado, será la mayoría de la sociedad. Como señaló el periodista Ezequiel Burgo, la brecha entre el peso y el dólar sólo en vísperas de la híper fue tan amplia, y ya supera la que se registraba durante la Guerra de Malvinas. Pero en ninguno de esos momentos había el desgarrador número de pobres que dejará este gobierno. Cristina lo hizo. Alberto lo hizo. Sergio lo hizo.
