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Viernes, 19 Julio 2024 15:57

"El peligro de validar mensajes racistas"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas.

La trama del pedido de disculpas a Francia por el tuit de Victoria Villarruel vuelve a dejar en evidencia la tensión entre el Poder Ejecutivo y la Vicepresidenta, que ya había tenido un capítulo reciente en Tucumán. Además, reedita el contrapunto entre dos mujeres fuertes del gobierno, al aparecer en escena Karina Milei, la poderosa Secretaria General de la Presidencia. El episodio en su totalidad, expone no sólo la agenda paralela de la vicepresidenta que ya es indisimulable, sino que el gobierno no duda en marcarle límites públicamente y ella no duda en exponer sus desafíos.

Para el gobierno francés, por su parte, el tuit de la Vicepresidenta fue “brutal” y “fuera de lugar” porque el gobierno de Francia no se había involucrado en la polémica. Un funcionario que responde al Eliseo confirmó que el país galo hizo saber de su sorpresa al gobierno argentino en forma reservada y que así se gestó la reunión de la Secretaria General de la Presidencia Karina Milei con el embajador de Francia Romain Nadal. La hermana del presidente habría sido contundente al afirmar que los dichos de la vicepresidente no involucran al Poder Ejecutivo. Muchos se preguntaron por estas horas por qué es Karina Milei y no eventualmente Cancillería quien dejó este mensaje. En los hechos, la funcionaria que el presidente llama el jefe, tiene un involucramiento especial en la organización de los viajes del mandatario y ya venía trabajando en la visita de Javier Milei a Paris para la apertura de los Juegos Olimpicos y Paralimpicos que incluirá una reunión de trabajo bilateral con el Presidente Emanuel Macron y también reuniones con empresarios franceses. Sin embargo, que el gobierno no esconda la gestión, demuestra la desautorización a Villarruel en forma abierta. La vicepresidenta no desconocía del viaje y por lo tanto tampoco podía desconocer que podía dinamitar la gira presidencial.

Así, la tensión con la vice, vuelve a quedar en evidencia luego de otro episodio llamativo como su ausencia en la firma del Pacto de Mayo, por supuestas cuestiones de salud de las que se recuperó meteóricamente a la mañana siguiente cuando no titubeó en pedir subirse también ella a un tanque durante el desfile militar.

En el gobierno vivieron como un desaire la inasistencia a Tucuman. “Ella sabía lo importante que era para Javier el Pacto, podría haber hecho el esfuerzo”, comentó una fuente oficial. Pero esto no implica esperar que el Presidente muestre frialdad. El presidente que en otros conflictos llega a ser descarnado e iracundo, en este tema preserva la imagen de unidad de la fórmula presidencial, pero lo formal no esconde el límite que le marcan a Villarruel en las cuestiones de gestión. Ella que es una de las tres personas con más popularidad del gobierno, no oculta tampoco su carácter desafiante, que enardece a colaboradores del Presidente que la ven haciendo su propia jugada y cuya desconfianza viene incluso desde el comienzo de la gestión.

En cuanto al tuit hay algo llamativo. ¿Por qué Victoria Villarruel eligió atacar a Francia si el gobierno francés no se había entrometido en la cuestión? Probablemente la respuesta está en las métricas del posteo que volaron por el aire con miles de repeticiones y millones de vistas. Pero el típico fulbito para la tribuna, que involucra a la selección en un momento de máxima popularidad, no deja de encerrar algunos mensajes peligrosos. ¿Buscó justificar los cánticos con tinte racista con el pasado colonial de Francia para quedar bien públicamente defendiendo a los jugadores? ¿Quiso mostrarse más aguerrida que el propio gobierno que había desplazado al Secretario de Deportes Julio Garro por considerar que Messi y Tapia debían pedir disculpas? ¿No tuvo en cuenta que la Federacion de Futbol no es el gobierno de Francia? O peor, ¿no se dio cuenta que su comentario podía complicar la visita de Milei? Es difícil que una mujer de su astucia política y manejo de los gestos no lo haya advertido y esto es lo que cayó mal en el Poder Ejecutivo. Para un gobierno cuyos opositores no logran generar un liderazgo que le haga frente al Presidente, la interna con la vice es hoy, la más ríspida.

El tuit, que abreva en una posición nacionalista y tiene neto corte demagógico por los fervores que despierta la rivalidad con Francia, derrotada en la final de Qatar, incursiona en un tema muy delicado en Francia como es la cuestión del racismo. En ese país las posiciones de sectores de la población que critican la composición del equipo nacional por la presencia mayoritaria de integrantes que vienen de la herencia migratoria son vistas como intolerables por el actual gobierno. Esta sensibilidad se traslada en forma aumentada al ámbito futbolístico que tanto en Francia como en Inglaterra le da mucha importancia a disminuir los incidentes de carácter racista, en sociedades donde aún persisten fuertes divisiones. De hecho no sólo la Federación de Futbol de Francia abrió un proceso sino también el club Chelsea donde juega Enzo Fernández, en cuya cuenta quedó expuesto el cántico de los jugadores argentinos y que en lo personal hizo públicas sus disculpas.

Alguien podría notar sin embargo, que el gobierno nacional que desautorizó a su vice es el mismo que había echado a Julio Garro y que por lo tanto, el mensaje implícito a Villarruel es marcarle la cancha a ella y no tiene que ver con el video de los jugadores. Nadie podría decir que se trata de una sobreactuación diplomática, para un gobierno que se cansa de abrir conflictos con otros países como lo demuestra la tensión con Brasil, España o Colombia. El mensaje parece ser: si hay cortocircuitos con otros países, lo decide el Presidente y no la vice.

En cuanto al mensaje social que implica el tuit de Villarruel, la línea discursiva puede ser peligrosa. Aunque Argentina es un crisol de razas por su propia historia y se destaca una convivencia que la distingue entre comunidades, recientemente, en canchas argentinas, expresiones de abierto antisemitismo, reeditaron situaciones que se creían superadas. Justificar o validar expresiones de racismo explícito desde lo más alto del poder, porque se trate de la selección, puede abrirle la puerta a otras situaciones de intolerancia, que, como siempre, uno sabe donde empiezan pero nunca donde terminan.