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Lunes, 22 Julio 2024 14:01

"Milei, entre el Norte y los imprevistos"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas.

Hay quienes señalan la paradoja de que sean los mercados los que parecen estar pulseando con Milei en estas semanas de inquietud cambiaria, aunque el vocero presidencial perjure que al gobierno no le preocupa el dólar.

Es cierto, Javier Milei, idealiza al mercado como el armonizador de la realidad, pero por eso mismo sabe que los mercados como tales no tienen sentimientos sino intereses. Nadie actúa en función de lo que no lo beneficia. Es en esta maraña que el talón de Aquiles argentino sigue siendo el mismo: la falta de dólares.

Hoy, las dudas del dios mercado vuelven a enfocarse allí, ante la decisión del gobierno de intervenir la brecha para que no se altere el tipo de cambio y por esto mismo, perder reservas que necesita imperiosamente acumular para pagar la deuda. Medidas que apuntan a secar la plaza de pesos para mantener a raya el logro más importante hasta el momento que es la baja de la inflación.

¿Qué mira el gobierno en medio de esta encerrona? Ayer el Presidente Milei recibió un premio a la innovación política de la Fundación ILAN, y pareció dar una pista de su forma de reaccionar ante los imprevistos:

Quizás detrás de este elogio del pragmatismo se puede enmarcar la sucesión de decisiones que a ojos de algunos fueron improvisación o contradicción porque no parecen medidas liberales como la intervención en el mercado para que no se agigante la brecha. Lo que Javier Milei parece responder es que ante la aparición de imprevistos no puede ser dogmático.

Ese Norte, que el presidente presenta como inamovible, es decir, el rumbo, es una de las anclas en las que se sostiene su administración con la disciplina fiscal como bandera. La otra, es todavía la opinión publica, que sin embargo empieza a resentirse.

Si uno toma la última encuesta de Opinaia, podrá observarse que la imagen del presidente sigue siendo más positiva que negativa y supera el 50%. Sin embargo bajó del 55 al 52% mientras que la negativa creció al 48%. Siguen siendo una gran performance en medio de un tremento ajuste. Pero va arrojando esa variación.

Otro indicador de las expectativas, lleva a un 60% de las personas, a pensar que para ver una mejoría tendrán que esperar recién a 2025. De alguna manera la síntesis de la opinión publica ya sentenció que no hay una recuperación en V, según este informe. De hecho el indicador que ya se volvió negativo es el que pregunta sobre la confianza de que se pueda estabilizar la economía. El 48% no confía y el 45% si. Es decir, sigue habiendo confianza en el gobierno pero este leve cambio de tendencia muestra la ansiedad que también se siente en los mercados.

Lo más fuerte del gobierno sin embargo sigue estando entre sus votantes. Los propios de La Libertad avanza pero también los que migraron a Milei de Juntos por el Cambio. Dicho esto, uno podría concluir que también esos votantes apoyan el rumbo en general y al presidente en particular que sigue siendo el político con mayor imagen positiva a la par de su vicepresidente que en el diferencial le lleva un punto porcentual, aunque él tiene más imagen favorable que Victoria Villarruel con un 50%. El viernes pasado señalamos la paradoja de que en medio del desierto de líderes opositores sea su vice la que parece plantear la interna mas caliente.

Ahora veamos de dónde pueden salir los malditos dólares. En parte la demora de liquidación del campo llevó a esta, entre comillas “sequia” de dólares, pero es entendible que esperen un mejor precio para sus granos. El gobierno parece ahora enfocarse en tres cuestiones inmediatas: privatización de empresas del estado, efectos del blanqueo que puedan tener repercusión en el mercado inmobiliario y de la construcción, e inversiones grandes atraídas por el nuevo RIGI. En el mientras tanto, mantener el Norte y la disciplina fiscal a ultranza, y cuidar la baja de la inflación. El tema es cuándo se sentirán los efectos de estas palancas para reactivar la economía y en la vida de la gente. El gobierno cree que la firmeza en la dirección, mientras camina por el desierto, terminará confluyendo con las condiciones propicias. En ese tránsito, el levantamiento del cepo representa el gran enigma.

En paralelo, es innegable que cuenta y mucho lo que pase en los Estados Unidos. Claramente, un triunfo de Donald Trump, que paradójicamente es un notorio proteccionista, le permite soñar al gobierno con una posición más generosa para con la Argentina que a pesar del firme alineamiento, la administración Biden no tuvo, al menos en fondos frescos. Si la ganadora fuera Kamala Harris, de ser ella finalmente la nominada demócrata es fácil pensar que las chances de una buena sintonía personal con Milei no son tan claras. Noviembre, el mes de las elecciones en el país del Norte, es también el mes en que nuestro país encarará la negociación con el Fondo Monetario. Hoy Trump sigue siendo el favorito y si eso se consumara seguramente también el Fondo sentiría el influjo amistoso con Argentina.

Es en este contexto que el día a día se hace más meandroso y obliga a observar a cuentagotas los indicadores. Si el gobierno lograra replicar el crecimiento aunque sea leve de la economía que arrojó mayo, más la inflación a la baja, empezaría a consolidar esos mojones que preanuncian recuperación, pero esas son metas mensuales que requieren el día por día que está planteando hoy un cuerpo a cuerpo con el mercado que esta semana con las nuevas medidas tiene otra prueba. Entre el Norte firme y el día a día de pulseadas: así va el barco del presente sosteniendo la brújula en medio de la tempestad. ¿Y los dólares, los dólares donde están?