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Viernes, 04 Agosto 2023 16:33

"El poder de una pregunta"

Volvé a escuchar el comentario editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas

Me dio mucha bronca escuchar cómo le respondió el ministro Massa a un periodista que le preguntó, correctamente, lo obvio, eso de lo que él no quiere hablar, pero que es la primera preocupación de los argentinos y que cada día hace más miserable nuestra realidad: la inflación.

Primero, el ministro sabe bien que la inflación proyectada es de 140%, segundo, que el periodista nunca se hizo “el picante”, sólo le preguntó lo que cualquier argentino se pregunta, sólo lo enfrentó con la realidad de la que él no quiere hacerse cargo y esquiva, evitando entrevistas y no hablando del tema en sus recorridas de campaña, como si pudiera taparse. Por Dios.

La realidad es que el único maleducado e irrespetuoso fue él, al intimidar desde el poder a alguien que tiene un micrófono precisamente para eso que hizo: preguntar lo que corresponde. Porque ese es su trabajo. Como sería el trabajo del ministro bajar la inflación como dijo que lo haría, en vez de sustituir lo inexplicable con bravuconadas.
El único que se hizo el picante fue el ministro Massa, usando su posición de poder para descalificar al reportero, y para que no se note lo que realmente pasa: que no tiene respuesta y que no tiene razón. Que la inflación esta descontrolada y que su gestión en economía es un desastre. Que las avivadas de las que parece mandarse la parte todos los días, también son una forma de abusar del poder, de restregarnos en la cara que para él vale todo y no importa nada. Pero todo se desmorona, como un castillo de naipes marcados, ante una simple pregunta que desnuda lo que se empeñan en ocultar.

Lo que el ministro no advierte es que cuando él la picantea con el periodista, a quienes no les responde es a todos los argentinos, que ven que no tiene nada para decir, que no puede explicar y que encima, en vez de ser honesto, se muestra como un soberbio.

Los periodistas no tienen autoridad por sí mismos. Representan el derecho de los ciudadanos a estar informados y desde ese lugar formulan las preguntas. Es algo básico, pero el kirchnerismo lo volvió algo extraordinario y podríamos hacer una lista interminable con ejemplos de intolerancia, autoritarismo y violencia contra la prensa. La libertad de prensa, existe a pesar de ellos, en nuestro país, porque hicieron de todo para cercenarla a pesar de las garantías constitucionales que la protegen. Y hasta eso se quieren cargar en La Rioja.

En esto sí que Massa demostró finalmente cuánto se parece a su jefa Cristina, que ni siquiera sale a ponerle la cara a su campaña, porque tampoco ella se hace cargo.

Y al final, esto lleva a reflexionar sobre el poder de una pregunta, ¿no? Una simple pregunta que no pueden responder deja al desnudo un montaje de falsedades. Fíjense los dichos de la portavoz Cerruti que niega que haya chicos que pasan hambre en Argentina.

Todos los chicos que se van a dormir con apenas un mate cocido, ayer, además de no tener un plato de comida, no tuvieron ni la piedad de un gobierno que los niega. Un 60% de los chicos del país necesita ayuda del estado para comer y un tercio está en inseguridad alimentaria, es decir que no come lo suficiente o no recibe los nutrientes que necesita. Lo dice el último informe de la UCA que ni siquiera tiene las cifras actualizadas para la magnitud del desastre.

Por eso detestan a los periodistas y los tienen que descalificar con lo que encuentren. Porque no pueden responder las preguntas. Porque el relato está gastado. Porque sólo se prestan a los micrófonos serviles que los dejan llorar lágrimas de plástico.

Vi una y otra vez la escena, los gestos, el prepoteo implícito de un funcionario que debería tener más humildad frente al enorme fracaso de su gestión y que en el día en que cumple un año en ese cargo lo festeja así, con cara de Poker.

Seguro no fue un momento fácil para el colega de Córdoba pero hizo lo que debía. Y desnudó más que la falta de respuesta. Porque la inflación, no es sólo un índice, es un drama social que condena cada día a más argentinos a caer en la pobreza y convierte la realidad en supervivencia. No saber si se puede pagar el alquiler o la luz el mes que viene, aunque se trabaje y ver por televisión que ni siquiera registran el sufrimiento. No sólo maltrató al periodista ministro, maltrató a todos los que están desesperados por el aumento de los precios. Y fíjese qué paradoja, la mayoría de ellos son de los sectores más pobres, esos donde usted está buscando el voto. Esos que ustedes se ufanan de representar.