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Jueves, 06 Julio 2023 15:09

En vez de la casta un fideicomiso

Escala la polémica por la presunta venta de candidaturas por la que se investiga a Javier Milei y La Libertad Avanza. El tema hoy se discutió en lo más alto de la Justicia Electoral llegando a ser una de las cuestiones comentadas en el acuerdo de la Cámara Nacional Electoral.

Hay varias aristas para analizar este tema. No es una novedad que para Javier Milei todo puede ser transable. En su lógica libertaria extrema es válido obtener algo por un precio que se crea justo. Incluso si se trata de órganos. La idea de la libertad sobre el propio cuerpo al punto de ofrecerlo en módicas partes. En el caso de los órganos su idea generó estupor en muchos sectores de la sociedad donde la mera posibilidad de ese mercado hace pensar en el robo de órganos por un lado, pero también donde hay cosas que no se representan como negociables. Esa idea tocó una cuerda muy pura de esta Argentina sombría que es el sistema solidario de donación de órganos. Argentina está entre los tres países con mayor donación de órganos de la región. El único país donde es legal la venta de órganos no es precisamente destacado por las libertades, y se trata de Irán. Y aún en ese caso, el intermediario entre donante vivo y comprador es el estado. La donación de órganos es vista en Argentina como la posibilidad de dar vida después de la muerte y de hecho se calcula que un solo donante puede beneficiar a unas 50 personas. 

De la polémica por la venta de órganos a la denuncia por la venta de bancas. En los últimos días Javier Milei volvió a estar en el centro del debate por denuncias sobre venta de bancas en sus listas a cambio de entre 10 y 60 mil dólares. La denuncia más resonante sobre la presunta venta de candidaturas la hizo Juan Carlos Blumberg, referente de la lucha contra la inseguridad, quien aseguró que La Libertad Avanza cobraba hasta 50 mil dólares para entrar a una lista como candidato a concejal.

Al salir a defenderse Javier Milei dijo ser víctima de una campaña sucia que no tiene antecedentes por su magnitud, anticipó que Blumberg iba a tener que pagar por sus calumnias, injurias y difamaciones, pero también agregó que quien quería ser candidato en su espacio tenía que bancar la candidatura. “Tenés que poner la tuya para financiarte a vos mismo”.

Para defender su modo de financiación, Milei acusó a los políticos tradicionales de financiarse con la plata del estado, y destacó que a diferencia de ellos “nosotros –dijo- nos autofinanciamos”. La llaga en la que pone el dedo Milei tiene que ver con el financiamiento de las campañas, y el uso de los recursos del estado para realizarlas. Sin dudas la cancha inclinada contra la que juegan los candidatos que no tienen aparato del estado es brutal, pero ¿cómo debe ser la financiación para ser legal? Y ¿Puede una candidatura estar sujeta a un condicionamiento de dinero u otros favores?  Para ser legal un aporte debe cumplir con dos requisitos: primero no superar el monto máximo permitido por aportante privado y segundo, debe ser depositado en la cuenta bancaria única correspondiente e incluido en el informe de campaña. Por otro lado, considerando el derecho a la representación ninguna candidatura puede estar sujeta a condicionamiento de ningún tipo o favor.

Esto es precisamente lo que está bajo la lupa de la fiscalía federal del doctor Ramiro Gonzalez que inició una investigación para determinar si existe una violación a las normas que regulan el proceso electoral en la Libertad Avanza que de comprobarse podrían ser de gravedad institucional.

Si la justicia comprobara que se transó por dinero las candidaturas, fuera de la trazabilidad de la campaña se podría estar ante figuras penales que van desde dádivas, cohecho a enriquecimiento ilícito. Y de comprobarse que hubo condicionamientos a los candidatos podría existir una violación al derecho de ser elegido.  

Más allá de la cuestión penal es interesante analizar otro punto del código electoral que tiene que ver con las condiciones sustanciales que deben cumplir los partidos políticos. La primera que figura en el artículo 48 es que sea un grupo de ciudadanos unidos por un vínculo político permanente. Cabe preguntarse  cómo afecta la calidad de la representación política que impere la lógica del mejor postor en vez de la pertenencia a un proyecto político, la idoneidad, o la vocación de servicio. Y en este sentido lo que se revela es la forma de construcción de la oferta política por parte de Milei, y surge el interrogante de si con esto se relacionan los problemas que fue teniendo el espacio en sus alianzas en el interior del país.

Al mismo tiempo es importante que los ciudadanos conozcan si la oferta política de Milei está basada en una especie de sociedad electoral unida por los aportes económicos como toda amalgama o si en efecto hay una venta de influencias que usa la actividad política para producir ganancia y puede configurar un delito.

El tema, más allá de la legalidad, expone la lógica de Milei, que es la lógica del mercado traspolada a todo, en su máxima expresión, hasta con los ideales políticos. En un punto podría decirse que Javier Milei es totalmente coherente. Pero aún su coherencia encuentra un límite, por un lado en la ley y por otro en las dudas que se abren ante un espacio político si está constituido como un loteo.

Las recientes experiencias de gobierno en La Argentina reciente muestra que las alianzas electorales no alcanzan para gobernar. Y ese también es el límite de los personalismos. Javier Milei surgió como un rockstar en el escenario político cuestionando la casta. Ahora deberá explicar si lo que tiene para ofrecer en vez de la casta es una especie de fideicomiso donde se pone plata para ganar elecciones.

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