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Miércoles, 13 Diciembre 2023 13:46

"La motosierra en una Argentina sin margen para error"

Volvé a escuchar la editorial de Cristina Pérez en Cristina Sin Vueltas

Milei no avanzó con la dolarización ni cerró el Banco Central, pero sí empezó a pasar la motosierra. Su desafío es que la gente acompañe un ajuste brutal que indudablemente redundará en más pobreza como él mismo admitió. El ajuste sin antecedentes que intentará su gobierno busca poner fin a una verdadera adicción: el déficit fiscal o, dicho de manera más simple gastar más de lo que ingresa. En cualquier hogar sería un principio básico. No lo ha sido en el estado donde los artilugios de la emisión de dinero o la toma de deuda permitieron a los gobiernos seguir postergando las soluciones de fondo y dejando que las sucesivas crisis hicieran las correcciones.

¿Podrá el gobierno de Javier Milei lograr lo que ningún gobierno se propuso revertir? Por lo pronto está convencido de intentar hacerlo. Pero a partir de hoy empieza su gran prueba: mantener el apoyo a su plan para sanear la economía durante los durísimos meses que vienen. Y que luego, obvio, el plan funcione.

Dicen que el mensaje del ministro Luis Caputo se regrabó para que se entendieran mejor algunos conceptos. Altísimas fuentes niegan que se haya quitado alguna medida del paquete económico.

La regrabación fue tan a las apuradas que el sonido era pésimo y hasta se escuchaban sirenas de fondo. Sonidos acordes a la emergencia. ¿Por qué este ajuste según Caputo? Para evitar una catástrofe.

Mucho antes de hoy, difícilmente se conseguía un dólar a menos de 800 pesos, pero ahora la devaluación se extiende a toda la economía. Es curioso porque cuando el estado pagaba una parte de las tarifas, o del pasaje en el AMBA, o le daba un dólar diferencial a algunos sectores, no es que eso no salía de nuestro bolsillo. La emisión, la ineficiencia y la corrupción volvían como un boomerang en forma de inflación. Y así llegamos hasta aquí. Lo que pasa es que por la inflación siempre hay a quien culpar. El gobierno anterior se gastó hasta los culpables, pero salir de la maraña de distorsiones que dejaron nos dolerá a todos. ¿Estaremos mejor haciendo este enorme esfuerzo? ¿Será realmente el último mal trago? Esas son las preguntas mientras se cruza el desierto.

Y como a nadie lo premian por lo que no sucedió, además de no chocar contra el iceberg el gobierno deberá mostrar que realmente corta privilegios y que también toca a los intocables, como los regímenes especiales de Tierra del Fuego, los fideicomisos que son agujeros negros, o el curro eterno de los Registros Automotor que son la jubilación acomodada de familias políticas.

Pero volviendo a los anuncios económicos. Se daba por descontada una devaluación, pero también se aguardaban noticias sobre el régimen cambiario. Según altas fuentes, se descarta por ahora avanzar en permitir hacer contratos en dólares, con lo cual tampoco de momento habrá un bimonetarismo.

Y otro tema que abre contradicciones es la cuestión de los impuestos. Bajar impuestos siempre fue una bandera innegociable para Javier Milei. En Economía aseguran que el Impuesto País comenzará a bajar gradualmente al cabo de un año. Y habrá una casi segura reposición de un esquema de ganancias. Quizás es comprensible que en un contexto de crisis la baja de impuestos no sea inmediata, pero ese será un cortocircuito inevitable de cara a las promesas de campaña. Milei prometió motosierra, pero también prometió libertad y que el estado dejaría de pisarle la cabeza al sector privado. Cuando el estado pisa la cabeza lo hace con impuestos y con regulaciones.

Si Argentina llegó a esta situación es por haberse quedado sin ningún margen. No hay margen para tomar deuda, ni margen para emitir dinero. Ricardo Lopez Murphy calificó de estremecedor el programa de ajuste, pero también dijo que la situación es todavía peor de lo que dice el Presidente. La comparación que hace habla por sí sola. Cuando él era ministro en el gobierno de De La Rúa, había 2 millones de empleados públicos y 4 millones de jubilados. Ahora hay 4 millones de empleados públicos, 10 millones de jubilados y 5 millones de planes sociales. El estado se duplicó, los impuestos se duplicaron, pero la economía no crece desde hace 12 años. ¿Cómo pagar lo que no tenemos? ¿Y cómo hacer para que la economía crezca? Milei ganó prometiendo el ajuste para salir de la decadencia. Con esa vara se medirá su gobierno.