Por eso en Mendoza muchos van abandonando los viñedos. El que puede se dedica a otra cosa y si no puede directamente abandona el establecimiento. Así lo explicó el productor Daniel Gil: “Algunos han dejado la actividad, otros hacen una mixtura, se vuelcan a la alfalfa y le meten hacienda al campo, hacen sorgo u otros cultivos incluso orgánicos”.
Este año fue noticia en muchos medios que por la cuarentena aumentó el consumo de alcohol y especialmente el de vinos. Además mejoró la exportación, pero esos beneficios siguen sin llegar a los productores.
Gil explicó que en su zona, el Oasis del Este de Mendoza, los productores cobraron entre 10 y 12 pesos y más al sur, en el Valle de Uco, la paga fue un poco mejor por los varietales de Malbec.