El referente industrial dijo que en la región patagónica hay unos 35 a 40 mataderos de ovinos, entre los que tienen habilitación municipal, provincial o nacional. Pero los autorizados para operar por Senasa (y por lo tanto con permiso de tránsito federal) son menos de doce, de los cuales tres venden a Unión Europea, tres a China y uno a Japón. Ese último país es un nuevo mercado: acepta carne de la Patagonia por ser éste una zona libre de aftosa sin vacunación.
Todavía falta para la zafra del cordero, pero González Ruiz ya sabe que este temporada habrá menos oferta y menos trabajo en las plantas de faena. “La nieve nos pegó fuerte, tenemos una baja en la producción que todavía se está estimando, pero que sería de 15% respecto del año pasado”.
Cada año se calcula un destete de corderos de aproximadamente un millón de cabezas, indicó el dirigente, aunque aclaró que es difícil saber a ciencia cierta cuántos corderos se producen porque cerca del 50% de la faena se realiza de manera informal, en el campo o en mataderos no habilitados. Es que muchas majadas son chicas y no se las declara, porque se tratan de producciones de autoconsumo o de subsistencia.
González Ruiz dijo que se requiere que el productor regularice pero también pidió una mayor presencia del Estado: “La cadena ovina en los privado está organizada pero no la fiscalización”, sostuvo el empresario.