Roberto Peña trabaja desde hace muchos años en programas de televisión, imitando a conductores políticos y distintas personalidades del espectáculo, haciendo personajes como: Enrique Iglesia, Sergio Massa, Alejandro Sánz y Michael Jackson entre muchos otros; pero actualmente se dio el gusto de hacer su propio programa “La liga de la Risa”, en el Canal Somos, todos los jueves a las 22.30hs por el Canal 7 de Flow: “Estoy muy contento, la verdad que armamos un gran equipo, se ha formado una familia hermosa, con la intención de llevar un poco de humor a la televisión y alegría. Nos conocemos de hace años y hace mucho tiempo que venimos generando cosas. Tenemos historia juntos. Venimos trabajando de años atrás. Generamos contenido tanto para YouTube, como para Crónica. Hicimos ‘Noche de Peña’, antes fue ‘De Peña con Humor’… Después pasamos también por AméricaTv como ‘Arroba con Humor’, producido por el Chino Volpato… Es una historia que data de mucho tiempo y hoy me encuentra con un equipo hermoso artístico, como: Alejandra Fidalme, Daniel Bifulco, Facundo Quiroga y Ivan de Juana, Pablo Linardi… Hay actores que hace muchísimos años, venimos trabajando juntos. Y hoy además tengo la suerte de poder compartir la producción con parte de mi familia: con mi amor Lucía Bertossi y mis hijos, Abril y Santino que están aprendiendo a trabajar en equipo, a manejarse, a sociabilizar. Y la verdad que encontramos momentos muy lindos y muy graciosos porque como hacemos un programa donde se tienen que disfrazar la mayoría del elenco, a veces recurrimos a ellos también y terminamos todos en los pasillos jugando. Nos divertimos mucho y nos está yendo muy bien. Salimos los jueves a las 22.30 y repite los sábados a las 21.30hs. Nos han dado un horario muy lindo. Yo estoy muy agradecido con Walter Sorrentino, que es uno de los directivos del canal y Cristian, que es parte de la técnica, que desde el vamos se animaron. Ellos no esperaban un despliegue tan grande, y los sorprendimos. Somos más de 40 personas trabajando. Es una locura realmente, pero hermosa. Fue un proyecto propio. Hoy la vida no es esperar sentado a que te llamen, es generar el trabajo, es aprender, es hacerlo, no importa la cantidad de años que tengas de vida o de profesión. No importa la cantidad de años que hayas recorrido, ni la experiencia que puedas tener, si vos te quedas, todo se queda. A mí, esta profesión, es algo que me gusta, que me apasiona. Me apasiona generar, hacer, mover, meter ideas. Más allá de ’La liga de la Risa’ tengo varios proyectos que no están relacionados con el humor. Tengo una película escrita muy interesante que habla de las causalidades, que nada es casualidad. No es una comedia y yo voy a dirigirla, además de actuar en ella. Es un proyecto maravilloso que estuvimos a punto de empezar, pero se retrasó a último momento. Tengo muchas cosas escritas muy interesantes, como infantiles y hasta una ficción. Soy muy inquieto, siempre estoy haciendo mil cosas.” Aseguró el humorista.
Adentrándonos en su historia personal, Roberto recuerda: “Nací en Uruguay, en un lugar hermoso en el departamento Lavalleja, (lo que acá son provincias, en Uruguay son departamentos) más precisamente nací en la ciudad de Minas, que es la capital de Lavalleja. Es un lugar hermoso rodeado de sierras, de ríos, de arroyos… donde podés hacer camping, trekking, andar en bicicleta… Es realmente hermoso. Me crié entre los árboles y naturaleza, una infancia muy de barrio, muy de salir los padres a la vereda, tomar mate, y quedarnos hasta que bajaba el sol jugando en la calle. Entraba mamá con papá y cuando estaba la cena, salía afuera a llamarme y ver en qué parte del barrio andaba. Esa es un poco mi raíz. Mi familia de infancia esta compuesta por mis padres y mi hermano, Daniel Eduardo, el Tigre Peña, que es profe de guitarra y canta. Toda mi familia está relacionada al arte de una u otra manera. Mi mamá, es una payasita hermosa que tiene alma de artista y soñadora. Siempre quiso bailar, y cada vez que encuentra el momento para demostrar su arte lo hace. Actualmente está en un grupo de adultos mayores y ella hace sus presentaciones bailando. Es una genia, pese a que sufrió un accidente y tiene una rodilla complicada, nada la para, se las arregla y hace sus grandes presentaciones. Yo la jodo mucho, le digo: ‘Señora, a usted no le gusta ensayar. Usted tiene que ensayar’ Y me dice: ‘No. A mí déjame que yo siento la música, no necesito ensayar’ Y ella arma sus intervenciones hermosas y la aplauden muchísimo. Se presentan en teatros y ella es muy feliz. Mi papá es un tipo con mucho humor. Yo creo que esa impronta y demás, la traigo un poco de él, porque no para de hacer chistes con todos, en todo momento, siempre que puede te cuenta un chiste.”
Continuando con su historia de vida, Peña relató: “Mis papás ahora están jubilados los dos, pero fueron muy viajeros. Yo me acuerdo momentos de salir con una moto y enganchaban dos bicicletas con una piola, en una iba mi hermano y yo iba con mi mamá en la otra. Me ataban a mi mamá, porque me dormía, y salíamos cargados a parar en algún camping. Así recorrimos todo el país. Después seguimos haciéndolo en camioneta, siempre disfrutamos mucho de la naturaleza. Mi viejo arrancó trabajando en Canal 5 de Montevideo y ahí empezó a trabajar en ese canal durante muchos años. Arrancó como portero y llegó a asistente de dirección. Terminó manejando programas... Siempre un tipo muy inteligente con avidez de aprender y estar. Después, por estas cuestiones de la vida se muda a Minas, donde nacemos con mi hermano y ahí empezó trabajar en construcción y armar su empresa constructora. Por muchos años tuvo eso durante la mañana y al medio día se iba a trabajar a la oficina de catastro que hacia temas de planeamiento. Nosotros con mi hermano nos criamos de muy chiquitos laburando con él en la empresa de construcción. A las 6 de la mañana ya entrabamos, así que a las 5 y tenía que estar arriba, a lo cual yo en un momento dije: ‘Bueno esto no sería para mí, me voy a ir dedicando a estudiar teatro’ Y así empecé. Pero siempre con un apoyo realmente muy grande de parte de ellos.”
Siendo muy chico Roberto descubrió su vocación, a muy temprana edad sabía que su camino sería el arte: “Mi amor por lo artístico fue desde muy chico. Ya a los 8 años empecé haciendo teatro para chicos en Minas, con profesores de Montevideo de la Escuela Nacional de Arte dramático. En el colegio era el payasito, actuaba en todos los actos escolares y haciendo cualquier personaje. Con las imitaciones empecé imitando a los profesores en la escuela de chiquito, imitaba a las maestras. Ellas vieron mi facilidad y con unos compañeritos, empezamos a hacer diferentes actuaciones. Empezábamos, por ejemplo, bailando un tango, bailando con un aro aro o un tango con unos versos… y ya se fue agrandando y las maestras nos traían más letra… Hasta que terminamos haciendo una obra para chicos y así arrancó todo. Seguí estudiando en la Escuela Municipal de Arte Dramático, después pasé a la Comedia Municipal de Minas, y ahí recorrimos todo el país haciendo teatro. Y un profesor de Montevideo Eduardo Schinca, uno de los maestros más grandes que hemos tenido en Uruguay del teatro clásico, de máscaras, del teatro griego… que representó a Uruguay en todo el mundo, una vez me vio y me dijo: ‘no, nene, vos tener que venir a la Escuela Nacional de Arte Dramático en Montevideo’ Me recomienda di un examen y quedé y ahí me quede un par de años hasta que me vuelvo a Minas porque era muy joven y no sabía lo que quería. Ahí mi papá me dice: ‘No querés estudiar, bueno vas a volver a la empresa de construcción conmigo’. A lo que yo inmediatamente le contesto no y fui y me puse un programa de cable. Se llamaba ‘Lengua Verde’ porque vivíamos tomando mate y arranque a vender publicidad y conseguir mis primeros sponsor. El primero fue una fábrica de pastas que teníamos en frente, en una plaza. Fue maravilloso porque ese material, que hice en ese programa, es el que le envío a Tinelli cuando me entero que pedía humoristas para su programa. Me junté una plata pasando la gorra en Piriápolis haciendo una especie de mimo que perseguía a la gente. Y así me fui de Minas a Buenos Aires, sin escalas, una locura.” Recordó el actor.
Cronológicamente continuando con el relato, asegura: “¿Por qué me pongo el programa? No fue solo una locura. En el pueblo me conocían, yo hacía mis performance, tenía una empresita armada, hacía animación infantil, cumpleaños de 15 y demás. Yo ya estaba en Montevideo pero iba y venía y me pedían que hiciera personajes: Michael Jackson, Chaplin o lo que fuera, para cumpleaños de 15… Entonces armaba performance y después me puse a laburar en un boliche que se llamaba Sueños, bailando arriba de los parlantes o haciendo también diferentes performance para el boliche puntualmente, así que ya me conocían. En realidad me conocían desde siempre, ya a los 11 años armamos lo que se llamó los Les Luthiers Serranos, que el mayor era yo. Éramos fanáticos de Les Luthiers entonces hacíamos la pantomima. Nos vestíamos como ellos y largábamos el cassette y hacíamos la mímica, era muy gracioso ver a esos niñitos con las voces de esos grandes. Cuando empezamos mi viejo fue nuestro representante, mi mamá vestuarista y andábamos en una camioneta por todo Uruguay haciéndolo, fue maravilloso. Una vez en Punta del Este, nos contratan de un restaurante muy importante, que estaba abajo de un hotel y cae un señor, lo encara a mi papá y le dice: ‘Escúcheme, yo tengo que hablar con usted porque el nombre Les Luthiers casualmente tiene que ver con gente a la que yo represento’ y estaba con uno de los integrantes de Les Luthiers parando en Punta del Este. Este hombre le dice: ‘La verdad que acá vamos a tener que hablar’ y mi papá le dice: ‘Si, si, como no, no se preocupé. Lo único que le pido es que vea a los artistas antes que nada. El hombre no quería saber nada y decía: ‘¡Esto no puede ser!’ Y mi papá insistía que viera a los artistas. El hombre continuaba: ‘No, no,’ y mi papá: ‘Pero yo le pido que los vea’ y lo trae. Nosotros estamos jugando a la pelota en un patio, nunca más me olvidaré, porque mi papá solo se asomó, le mostró a nosotros y le dijo: ‘Ellos son los artistas’ y éramos 4 chiquitos y el hombre dice: ‘¿Pero ellos son? ‘Sí’, le contesto mi viejo y el hombre no lo podía creer. Lo invitó al representante a ver el show, lo vio y quedo tan maravillado que nos invitaron a venir a Buenos Aires al verdadero show de Les Luthiers. Lamentablemente nunca pudimos venir por temas económicos, en aquella época éramos un montón para viajar y todo lo demás. Los chicos tenían que viajar con sus familias, los padres dejar sus trabajos, los hermanos el colegio… y era imposible.”
“Lo mío siempre fue la autogestión total, desde chico. Aprender, prepararme, buscar la vuelta a crecer en lo mío, en lo que me apasiona. Es un continuo hacer y estar atento. Explorar otras cosas, a mí me gusta componer música, me gusta escribir, de hecho escribo la mayoría de las cosas que hago, el tema de la conducción que es algo que quería mostrar y empezar a mostrar ya en esta etapa de mi carrera, es algo que mi interesa mucho y que disfruto enormemente hacer. Yo estoy siempre en la búsqueda de cantar, de componer, de estar activo con eso, incluso componer hasta cuando armo un personaje y tengo que hacerle una letra en broma. Por ejemplo como sería un Arjona componiendo con el estilo que tiene Arjona, una música para una jubilada, una la canción. Eso me divierte mucho. Me gusta explorar en el tema del arte todas las formas. También he compuesto canciones que no son humorísticas y que las tengo guardadas. Más allá de la vida y las desilusiones, siempre he tratado de sostener el niño interno que tenemos y en mi casa lo aplico mucho, hasta el hartazgo. A veces me tienen que frenar un poco, pero trato de que vivamos todo con alegría. Para mí es la única forma. Nos hacemos tanta mala sangre a veces por tan pequeñas cosas y cuando realmente hay que preocuparse, te das cuenta de todo el tiempo que perdiste por no aprovechar el ahora, por no estar acá. Te das cuenta que es realmente lo que importa. Te das cuenta del tiempo que perdiste preocupado por mañana con cosas que no valían la pena. Pensar en el mañana si, pero teniendo en cuenta que lo que pasa es ahora. La importancia de disfrutar el hoy. Si una charla no la vas a volver a tener de la misma forma, ni en el mismo momento, ni en el mismo espacio que la estás teniendo ahora.” Aseveró Roberto.
“Tengo tres hijos: mi hija Abril, que es la del medio, tiene 18 años; Santi de 15 y Carolina, que fue la primera, de 28, la tuve a los 20. Carolina fue parte del venirme a la Argentina. Mientras estaba en Uruguay pasando la gorra, juntando plata para venirme a Buenos Aires, ya había traído el material, me fue tan bien que volví un par de veces y ahí conozco a Verónica la mamá de Caro. En este ir y venir del amor, quedó embarazada y mi papá me dice: ‘Te tenés que ir a Buenos Aires, casarte y hacerte cargo. Y eso hice. Me vine sin trabajo, a rebuscármela, nació Carolina y a los meses de nacer, me llaman de Videomatch por el cassette que había dejado un año atrás. Caro vino con un pan bajo el brazo. Tengo una relación hermosa con mis hijos. Trato de enseñarles no tanto con la palabra sino con el ejemplo. Con la vida vas cambiando, vas tratando de mejorar, vas cometido errores, pero trato cada vez de ser un poco mejor persona, mejor hombre. Entonces, también en ese camino empezás a saber lo que realmente importa, que es vivir con todo el amor que uno puede dar. Después viene lo material, todo lo demás. Si vos no te fijás y vivís de corazón y con un empuje y una energía como tiene que ser, lo otro viene solo y creé que es así. Yo me preocupé muy poca veces en mi vida y creo que lo que más me hizo preocupar a veces es el hecho de tener hijos, porque te hace más responsable en ese sentido de la vida. Pero jamás me preocupé por el dinero y la verdad que vivo bien, me doy mis comodidades. Trato de enseñarles la responsabilidad del trabajo, que aprendan, que cumplan, pero también que sean felices. Que no necesitan cosas materiales para ser felices, solo disfrutar el hoy. No vivir preocupados, desesperados por el mañana, y no es cassette puesto, lo digo porque lo siento, si no lo diría tampoco porque a mí no me interesa ya en este punto de la vida, caerle bien a nadie. Soy como soy y he aprendido a respetarme eso.” Recalcó el cómico.
Peña ya Argentina y con el cassette con su material en la producción de Marcelo Tinelli, desde hacía tiempo, nadie lo llamaba, hasta que finalmente llegó el llamado: “No lo podía creer. Fue una locura, una aventura nueva. Yo ya estaba viviendo en zona sur, en Temperley, la familia de Vero me había recibido en su casa como un hijo más. Yo tenía solo 20 años y mucho no sabía de la vida. Yo trabajaba vendiendo cursos de inglés en una empresa, con la cual conocí toda la capital, como moverme en colectivo, subte, parecía que el destino me estaba preparando para cada camino. Me llaman de la producción a la casa de un amigo de la familia, que era el único teléfono que habíamos dejado como contacto en Argentina. Mi amigo me llama a la casa de los papás de Vero y me dicen: ‘¡Che te llamaron de Showmach!’. Yo no podía creer y les digo: ‘Que no, ¿En serio? ¿Qué dijeron?’ y me dice: ‘Que llames’ Llamo y me dijeron que les gustó mucho mi material... Yo en ese material había mandado de todo. Yo hacía la conducción del programa, personajes, una telenovela que la actuaba y la dirigía con otras actividades... Imitaba, hacia el personaje de Mamá Cora que hacía de comentarista de fútbol. Arme todo un relato y decía al final: ‘Y vamos directamente a vestuario. ¿Con quién esta Mamá Cora? Y Mamá Cora entrevistaba… Era toda una cosa atrás de la otra. Metía un personaje atrás de otro, ahí mismo entrevistaba a los distintos personajes, con mucha impronta propia, y les gustó muchísimo. Llego a ese casting, después de haber dejado el cassette, porque me dicen: ‘Te vamos a llamar la semana que viene’. Llega el viernes, cinco de la tarde y no me habían llamado. Todos en mi trabajo querían que entrara, estaban todos contentos. Llamo a mi papá a Uruguay, desde la empresa donde yo vendía cursos de inglés, y me dice: ‘Mire hijo, si usted espera que lo llamen, dejo un cassette que dice Uruguay, le vieron el material, si espera que lo llamen de un programa que lo ven en toda Latinoamérica, se van a olvidar, nadie se va a acordar, que tienen que llamar a un pibito que hizo... Llame usted, llame, llame… hasta que lo atiendan. Y así hice, llamo, llamo, llamo, llamo... hasta que me atienden: ‘Hola habla Roberto Peña, llamo porque yo dejé un material y me dijeron que hoy me tenía que presentar’. Del otro lado me dicen: ‘A ver, para...Sí, hola, sí, sí, vos tenés que estar acá’ Yo le contesto: ‘¿Cómo que tengo estar ahí?’ ‘Sí, tenés que estar acá, a las cinco y medio de la tarde. ¿Vos sos Roberto, Peña? Acá dice que tenés que estar para el casting.’ Dijo. O sea, que no me habrían llamado, nunca me hubiese enterado que tenía que estar si no llamaba yo, como me dijo mi papá.”
Continuando con el relato, el humorista recuerda: “Ahí llamo a Verónica, que vivía en Temperley, y le pido tráeme un vestuario de la abuela, tráeme esto, tráeme lo otro, tráeme aquello, un saco y no vemos en TELEFE que estaba en Pavón y Matheu. Había cuatro cuadras de gente, lo que me dio tiempo a llegar desde la empresa hasta TELEFE y le dio tiempo a ella a llegar de Temperley. Cuando llegó yo ya había liquidado las cuatro cuadras de cola, y ya estaba en el último tramo. Mirá lo que es el destino. Muy loco todo. Pasa el asistente de piso y yo estaba sentado con un grupo, pero faltaba, pasa, me mira y sigue de largo. Lo loco es que me miró como cuando vos reconoces a alguien, y yo lo conocía a él, pero solo de verlo en televisión, nunca lo había visto. Recién había llegado Verónica con las cosas, y yo estaba recién terminando de escribir lo que iba a decir. En eso se abre la puerta y gritan: ‘¡Peña!’, pero me faltaba, y todos me miraron porque había varios que estaban antes que yo en la cola. Entre y me mandé toda una locura. Era mi oportunidad y no hiba a desperdiciarla. Cuando vi que un camarógrafo estaba temblando de risa, tentado, le saqué la cámara y empecé a auto grabarme, me iba donde estaban los jurados, los productores, a hablarles y les gustó mucho. A partir de ahí empecé a trabajar con Pablo y Pachu, que me seleccionaron de ese casting. Después de eso estuve cuatro años como extra, actor extra, trabajaba de árbitro en deportes en el recuerdo, me hacían disfrazar de mujer, a Pablo le gustaba mucho como hacía las viejas o las chicas, y siempre iba de mamá de él en alguna telenovela… Aprendí mucho de edición, me quedaba ahí siempre dando vueltas y aprendiendo todo lo que podía. Los chicos que entraron conmigo, terminaban de grabar y si iban enseguida, yo me quedaba un poco más. Si podía, me quedaba, si me dejaban, me quedaba, y ahí empezaba a opinar también, que también me callaban la boca jajaja. Y de a poco me fui ganando un lugar.”
“La posibilidad de mi primer personaje la tuve que pelear. Fue todo muy de a poco, eran grupos muy fuertes. Imagínate que entre como extra de lujo dentro de un equipo. No entrabas a presentar tu nota directamente. Fue un reme importantísimo de ganar ese espacio. Yo siempre estaba dispuesto a todo, hacía varios personajes dentro de un mismo sketch, imitaciones… Palito Ortega, Sebastián Ortega, Enrique Iglesias o Michael Jackson, o lo que fuére. Ahí empiezo a hacer personajes en el piso, hacía el show de Capi en el piso con Tinelli, le decía: ‘Le traigo hoy a Michael Jackson, y entraba yo y me agarraba, el oso Arturo o el dinosaurio Bernardo, se levantaba los anteojos, veía que era trucho el personaje y me empezaba a golpear, parecía Titanic en el ring, y como yo me caía muy bien en esa época, Marcelo se divertía mucho. Después vinieron los Jaimitos. Eso fue cuando nos propusieron que presentáramos ideas propias. Ahí caímos con un listado interminable. Trabajábamos mucho en equipo con Rodrigo Rodríguez y Dany Bifulco, que hoy me acompaña en la Liga de la Risa también.”
“Ahí explotó todo. Para su época estaba excelentemente pensado, era alegre y tenía colorido. Nos salían shows por todos lados, viajamos por todo el país y salimos al exterior también a hacer shows con Los Jaimitos… Eso era el plus que venía, que uno no sabía que iba a poder conocer tantos lugares hermosos pago, haciendo lo que más te gusta. Y por eso te digo, tiene que ver también esto también con esta forma de vida, que sostengo hoy en día, de no preocuparme mucho, Tratar de hacer, de encontrar una esencia que te diga a que viniste, para que estás, algo hay que decir, algo hay que hacer, por lo menos en el caso mío. Utilizarlo de alguna forma positiva y si es para alegrar a la gente mejor. Es una gran satisfacción para mí la gente que me cruza por la calle y me saluda con cariño, que me dicen que los hago reír. Realmente es hermoso. Sé que soy un privilegiado, poder vivir de lo que me gusta es una bendición. Toda la vida luche por esto. A los 10 años yo dibujaba muy bien en lápiz y vendía posters dibujados a mano de las películas de Hollywood y lo hacía muy bien. Ganaba mis pesitos así. Todo ha venido de a poco, como ha tenido que darse. Fue mi sueño de niño y tuve la suerte de poder concretarlo. ” Concluyó el actor.