Esta situación, que fue alertada por diferentes consultores, derivó en la búsqueda de estrategias comerciales para ofrecer cortes frescos a valores muy bajos. Por ejemplo los perniles se remataron frescos a unos 150 pesos el kilo.
A pesar de eso, y gracias a la globalización y a cuestiones que tienen que ver con el contexto mundial, la tendencia de precios porcinos se revirtió notablemente en el último mes. El capón, que se llegó a vender en torno a los 60 pesos durante el invierno, llega ahora a 110 pesos por kilo vivo. Esto implica que los cerdos para faena alcanzaron los valores que lograron en el Mercado de Liniers el ganado de feedlot, que suele ser el más caro.