Uno de los casos es el del proyecto Tierra Sana, que lleva adelante el INTA y que se originó cuando la Argentina ingresó al protocolo de Montreal en el 2000, un tratado impulsado por Naciones Unidas que surgió en los ´80, mediante el cual más de 180 países se pusieron de acuerdo en eliminar todas las sustancias que contribuyan a dañar la capa de ozono. Entre ellas, a tope, figura el bromuro de metilo, un gas ampliamente usado en el sector agrícola para control de plagas y desinfección de suelos o sustratos.
La coordinadora nacional del proyecto Tierra Sana, Analía Puerta, declaró a Bichos de Campo que “lo que se busca es implementar alternativas sustentables para la desinfección de los suelos, sobre todo los que se usan en cultivos de frutillas, ornamentales y hortalizas”.