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Intimamente

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Sábados 22 a 23
Alejandra Rubio

La reconocida actriz y diva más grande del cine argentino, abrió su corazón en Íntimamente con Alejandra Rubio. Realizó un repaso minucioso de su vida, su carrera y habló en profundidad de las relaciones que han marcado su infancia: “Hay relaciones que uno ha tenido muy ricas, y que uno no está todo el tiempo pregonando de ellas. Borges fue una de ellas, que hasta me dio su nombre (como él decía) para que yo tuviese un apellido para actuar, ya que mi padre no quería que usara el suyo. Cuando yo era chica iba a casa de autores extraordinarios, como yo era amiga de la hija de Rafael Alberti, iba a su casa y conversaba con todos los grandes. Estaba Gassman, que recitaba; Celia, la madre del ‘Che’ Guevara y Olguita Del Carril, la mujer de Neruda… Fue una infancia muy rica para mí. Era chica, pero me relacionaba con gente que yo admiraba mucho, porque siempre leí desde chiquita. A mí la lectura me salvó. Una amiga de mi padre, Adelina Vamonte, me enseñó a leer uniendo letras desde muy chica, después mi padre se casó con ella y tuvo a mis dos hermanitos. Comencé a leer a los cuatro años. Empezar a leer y a descubrir la lectura me ayudó con mi soledad, me salvó. Yo era una chica sin hermanos, estaba como desesperada, muy sola y la lectura me ayudó muchísimo. Me dio otra dimensión del mundo y de la vida. Me han pasado cosas maravillosas, cosas mágicas. Era muy rico todo eso. Esa gente que hace circular en uno la sangre y las ideas. En ese tiempo era muy chica, pero con el tiempo me fui dando cuenta lo importante que fueron esas conversaciones para mí.” He vivido tanto y cosas tan bellas, que no me canso de agradecer cada día.” Afirmó la actriz que también vivió momentos inolvidables con Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo.

Graciela Noemí Zabala, es su nombre verdadero. Nació el 10 de junio de 1941. No uso su nombre real por prohibición de su padre y el propio escritor Jorge Luis Borges le cedió el suyo para que comenzara su carrera artística a los 14 años. Se convirtió en una de las más grandes divas del cine argentino. Musa de Leonardo Favio, Leopoldo Torre Nilsson, Manuel Antín, Raúl de la Torre, entre tantos otros. A lo largo de su carrera realizó más de 60 filmes y gano los premios más importantes que una actriz puede aspirar; desde el Festival Internacional de cine de San Sebastián hasta el título de Ciudadana ilustre de la Ciudad de Bs As y así cuenta su historia y detalla sus primeros años de vida: “Nací en Buenos Aires, no en dolores, como dice el folklore. Durante muchos años mi padre, que fue un gran aviador, fue el director del aeroclub de Dolores y vivía en dolores. Mis hermanos nacieron y se criaron allí. Yo comencé a ir a Dolores recién cuando tenía 12 o 13 años, no antes. Es una ciudad que quiero mucho. Mi padre también estuvo trabajando un tiempo en Azul y la gente de Azul dice que nací allí, pero no es correcto. Nací acá en Buenos Aires. Mi padre y mi madre se separaron cuando yo tenía un año. Con mi madre vivíamos en una casa francesa muy grande a dos casas de cine Goumont. Los primeros recuerdos son los abrazos de mi madre y la voz de ella contándome que la primera palabra que dije en mi vida fue: ‘luz’. Caminando con mi padre y mi madre por la plaza del congreso, mirando la confitería de El Molino, vi la luz de sus astas y yo que fui muy tímida desde siempre y no hablaba claro nada, muy claramente dije: ‘Luz’. Esa palabra tan importante para mí.” Recordó Borges.

Continuando con su relato, Graciela aseguró: “Mi padre era aviador. Muy bohemio, buenmozo. No tenía mucho dinero. Mi madre era rarísima, muy refinada. Cuando yo era chica viajaba con ella a lugares insólitos. Tuve la infancia más triste del mundo. Una infancia muy sola. Vivía con mi madre. Mis hermanos por parte de mi padre nacieron mucho después. A mi madre le costó mucho separarse de él. Luego se enfermó y yo fui a vivir con mi padre. Hasta ahí me crié en una soledad absoluta. Por eso los libros fueron maravillosos en mi vida, podía soñar, transportarme a esas historias. Mi padre, años después de separarse, se casó con una mujer maravillosa, de la que tengo recuerdos increíbles. Era una mujer divina y yo tuve una relación con ella preciosa. Aunque esto ya prescribió, la relación con mi padre no fue lo mismo, no fue buena para nada. No quería que fuera actriz y me dijo que si lo hacía no utilizara su apellido. Yo lo teme muy enserio. Voy a la casa del escritor Augusto Mario Delfino, yo era muy amiga de su hijo Marito, y muchos domingos iba ahí a comer Borges y me cedió su nombre en un gran acto de amor. Yo tenía solo 14 años y mis lágrimas lo conmovieron. Voy llorando a la casa del escritor Delfino, y Borges dice: ‘¿Qué le pasa a esta chica?’ y le dicen: ‘Es una amiga de Marito, va a debutar en cine con Hugo del Carril, tiene 14 años y el papá no la deja usar el apellido’. Y Borges muy amoroso, como era él; porque parecía muy frio, pero era todo lo contrario, dijo: ‘Le presto mi nombre’. Porque Borges no decía mi apellido es Borges, decía mi nombre es Borges. Y, desde ahí, tome su nombre que lo llevo en el alma, más allá que adoro mi apellido y mis raíces. Ese hermoso acto de amor lo llevo muy atesorado dentro de mí. No solo por el acto de darme su nombre, sino por recordar el momento donde yo tan chiquita lloraba y él logró consolarme y, sin palabras, decirme que no tenía obstáculos para lograr lo que soñaba”

“Era chica, pero me relacionaba con gente que yo admiraba mucho, porque siempre leí desde chiquita. A mí la lectura me salvó. Una amiga de mi padre, Adelina Vamonte, me enseñó a leer uniendo letras desde muy chica, después mi padre se casó con ella y tuvo a mis dos hermanitos. Comencé a leer a los cuatro años. Empezar a leer y a descubrir la lectura me ayudó con mi soledad, me salvó. Yo era una chica sin hermanos, estaba como desesperada, muy sola y la lectura me ayudó muchísimo. Me dio otra dimensión del mundo y de la vida. Tuve la suerte de relacionarme con grandes escritores. A Borges lo seguí viendo hasta su muerte, siempre estuve muy presente en su vida y fui muy cercana con María Kodama, la quise mucho. Tuve el honor de tenerlos en esta vida. Hasta sus últimos días, Borges, me decía: ‘Sigue honrando mi nombre? Le sigue haciendo honor?’. Él estaba feliz que yo lo llevara. Me han pasado cosas maravillosas en la vida, cosas mágicas. Hugo Del Carril bailó en mi cumpleaños de 15, Pablo Picasso me regaló un dibujo en una servilleta ("¡Me lo lavaron! Por suerte quedaron las fotos"). He vivido tanto y cosas tan bellas, que no me canso de agradecer cada día.” Afirmó la actriz que también vivió momentos inolvidables con Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo y la madre de “Che” Guevara.

También los viajes y los festivales, me dieron la posibilidad de conocer mucha gente maravillosa. Seres que quedan grabados en tu vida para siempre, que son maestrías en tu vida. Como conocí a Gabriel García Márquez, un ser maravilloso, y muchos más. Hay una frase que me gusta mucho que dice: ‘mis únicos lujos son las relaciones humanas’ y yo he tenido grandes relaciones de las que me he nutrido muchísimo. Cuando yo era chica iba a casa de escritores, por casualidad, como de Rafael Alberti, que yo era amiga de su hija Aitana, y estaba Gazman que recitaba y Celia, la madre del Che Guevara y Hormiguita Del Carril, la mujer de Neruda. Era muy rico todo eso. Esa gente que hace circular en uno la sangre y las ideas. En ese tiempo era muy chica, pero con el tiempo me fui dando cuenta lo importante que fueron esas conversaciones para mí.”

De pequeña fue criada para ser “perfectita” y eso la marcó. Empezó a estudiar declamación a los 6 años, y luego continuó estudiando actuación en el teatro infantil Labarden. Sus compañeras se reían de su voz. Y fue con su voz y las palabras de otros que se animó a contactarse con los demás. El tiempo la transformó en la gran dama del cine argentino, la de la belleza eterna y la voz ronca inconfundible: “A los 6 años yo era una chica muy muy tímida. Estaba en el colegio y las monjas eran muy bravas. Era muy severo todo. Y como yo, parece ser que tenía una voz con un color difícil, muy diferente a la de las otras chicas que tenían una voz muy finita, se reían mucho de mí. Detesté mucho mi voz y la padecí tanto cuando era chica. Yo era tan flaquita, pálida, tímida y con esta voz ronca. La poesía ha sido muy importante en mi vida desde siempre. De chica iba a un colegio de monjas irlandesas y las demás niñas se burlaban de mi voz. Como era casi muda, una amiga de madre le dijo que había unas clases de declamación para ese problema, que parecía que socializaba mucho a chicas con ese problema. Y ahí mi mamá me mandó estudiar declamación con una profesora que daba clases a niñas con problemas de contacto social. Cuando recité mi primer poema en público pensé que me iba a morir de pánico. Creí que el mundo se venía sobre mí y no iba a sobrevivir, pero pasó una cosa mágica: Recité y me di cuenta que me resultaba más fácil mirar y contactarme con los demás con las palabras de otros y mi vida cambió. Después, como lo hice bien, me empezaron a poner en las obras, luego a protagonizarlas… Quizás por eso luego decidí ser actriz."


Si bien confesó que su padre no tomó muy bien su carrera, la actriz recordó que a pesar de todo pudo limar asperezas antes de su muerte: "Siempre que hacía un film pensaba: ‘¿Este lo verá mi papá?’. Cuando murió, estaba yendo yo de viaje a Dolores y le dije a la enfermera 'Decile que yo lo quiero con todo el corazón'. Él lo escuchó y me dijo 'decile que la quiero con todo el alma’. Fue una conversación hermosa y esa fue la última vez que lo oí hablar. Pero bueno, hubo happy end." Concluyó emocionada.

Graciela siguió su carrera ascendente. Se casó a los 20 años con el corredor de automovilismo Juan Manuel Bordeu, con quien tuvo a su único hijo: Juan Cruz Bordeu. Fue pareja del director de cine Raúl de la Torre y del arquero de fútbol Marcos Gutiérrez. Cuando vivía en Londres, tuvo un affaire con el músico británico Paul McCartney, de la banda The Beatles. Se trató con Jean Paul Belmondo, Paul Newman, Catherine Denueve, Roman Polansky, Roger Vadin, Jean Cocteau… Fue la musa de Leopoldo Torre Nilson —Fin de fiesta; Piel de verano— y luego de Raúl de la Torre, para quienes protagonizó algunos de los más importantes filmes de estos realizadores fundamentales del cine nacional. Trabajó con directores como Leonardo Favio, Manuel Antín, Mario Soffici, Lucas Demare, Fernando Ayala, Luis Saslavsky, Alejandro Doria, Ricardo Wullicher, Javier Torre, Lucrecia Martel, Luis Ortega, Daniel Burman y Juan José Campanella, entre otros.

La Borges aseguró que no tiene cuentas pendientes. Tuvo una vida intensa. Es reservada con su vida privada, no le gusta hablar de sus amores, pero confiesa: “Me casé con Juan Manuel (Bordeau); perdí tres chicos, uno se trató de un embarazo extrauterino, fue un proceso muy difícil. Fuimos muy felices el tiempo que lo fuimos, luego decidimos separarnos y seguimos siendo amigos hasta el último momento de su vida. Los hijos de Juan Manuel son como hijos para mí también y, por otra parte, soy muy amiga de su última mujer, la adoro y festejamos cumpleaños juntas”. Actitud que la pinta de cuerpo entero.

Graciela afirma, sin ruegos ni lamentaciones: “Estoy recorriendo mi vida, como lo hice siempre, sin ningún tipo de quejas; cuando fui chica, tuve tuberculosis; me enfermé mucho filmando ‘Zafra’, a los 16 años, y ese tipo de cosas las pude sobrellevar. Yo creo que el destino está como deber ser; no tengo dudas que esta vida es buena y le estoy agradecida, y dejo de lado aquellas cosas que son profundamente dolorosas. Hay un señor muy sabio que una vez me dijo que yo tenía un ojo izquierdo que olvidaba rápidamente todo lo malo y debe de ser cierto, porque no tengo ningún resentimiento, más allá de que haya tenido una infancia muy difícil; aunque soy consciente de que esa etapa ya proscribió y todo está en orden divino”.

La ganadora del Festival Internacional de cine de San Sebastián, el Festival Internacional de Cine de Cartagena, el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, el Festival de Cine de Bogotá, varios Cóndor de Plata y Premios Konex y hasta el título de Ciudadana ilustre de la Ciudad de Bs As, para muchos la gran diva de nuestro cine, asegura: “No soy una diva, soy una actriz que ha trabajado duro desde muy chica. Lo de diva, nada más alejado de mí. Si naciera de nuevo, no sé si elegiría volver a ser actriz a pesar de todo lo bien que me fue. Tengo una espléndida carrera, pero quizás sería escritora o pintora." Concluyó diciendo

El prestigioso actor con más de 75 años de trayectoria, nombrado Personalidad Emérita de la Cultura, ganador de la Concha de Plata, varios Martín Fierro, premio Konex, el preciadísimo Premio Max, el Goya de Honor y el Cóndor de Plata por su trayectoria… habló, desde España, en Íntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su infancia, sus comienzos, el exilio, sus éxitos, sus miedos, sus ganas de continuar arriba de los escenarios pese a sus 95 años, en agradecimiento al público que lo acompañó por tantos años: “Agradezco infinitamente al público su afecto, su cariño, su demostración constante, su reconocimiento… En mi generan una sensación inexplicable. Me dan ganas de seguir adelante, de no bajarme del escenario, pese a mis años.” Aseguró Alterio que pese a sus 95 años, no piensa en un descanso que lo aleje de la interpretación. Se encuentra radicado desde hace 50 años en España pero, cuando recibió el Goya de honor, la máxima distinción del cine español, le dedicó el premio a la Argentina. Realizó más de 150 películas, de las cuales cuatro de ellas fueron nominadas al Oscar como mejor película extranjera, y más de 50 obras de teatro conforman su trayectoria que sigue sumando capítulos.

El querido actor Argentino, hace más de 50 años que se encuentra radicado en España. Sus comienzos fueron duros, pero encontró en la madre patria, manos generosas que lo ayudaron en el camino: “Cuando tuve que salir de Argentina en 1974 para eludir a la dictadura militar argentina y las amenazas de muerte de la Triple A., llegué a España con una mano atrás y otra adelante. Yo estaba en el festival de San Sebastián representando la película ‘La tregua’ y le llegó a mi mujer una carta diciendo que me convidaban a irme del país o podía ser ejecutado en cualquier lugar que me encontraran. Aquí comencé a buscar más trabajo de actor, por suerte trabajaba, pero tenían que doblarme por mi acento argentino. Luego llegaron más argentinos y se fueron familiarizando más con el acento. España me acogió y me adoptó. En las horas límites de todos los seres humanos, uno llega a saber ¿Quién es quién? Y yo encontré gente que no tenía historia conmigo, ni raíces y que me brindó su ayuda tan amorosa que realmente me conmovieron.” Aseguró Alterio que por ocho años no pudo regresar a la Argentina y cuando lo hizo, tuvo que hacerlo con un pasaporte Español.

Héctor Benjamino Alterio Onorato, es su nombre completo. Nació hace 95 años, un 21 de septiembre de 1939. De ascendencia italiana, por parte de padres -Giovanni Andrea Alfredo Alterio y Elvira Onorato-, argentino por nacimiento y español por exilio, Alterio tuvo que salir de Argentina en 1974 para eludir a la dictadura militar argentina y las amenazas de muerte de la Triple A.

“Muchos me dicen que mi nombre estaba predestinado a algo grande. Estoy seguro que la elección no fue ex profeso. Héctor fue un guerrero. Alterio, el otro yo, es el apellido de la familia, italiana de toda la vida. Onorato, significa honorable. Y lo de Benjamino es porque fui el pequeño de la familia. Éramos cuatro hermanos. Fallecieron todos. Soy huérfano de hermanos desde hace más 15 años, y aquí sigo.”

El maestro Confalonieri llamaba a menudo la atención de Héctor Benjamín, el hijo más travieso del matrimonio de inmigrantes italianos que se instaló en el barrio de Chacarita. Ese hombre fue no solo un docente responsable, sino un espectador de lujo, quizá el primero que advirtió que aquel pequeño era diferente. En un rincón del aula, a sus 8 años, en penitencia, sentía algo diferente al remordimiento: "La diversión que generaba a mis compañeros me proporciono en cierta medida el gusano del protagonismo y así empieza a nacer mi vocación". A los 12 años su padre falleció y ese hecho le forjó su personalidad. Se convirtió en una criatura tímida, algo que no tenía tanto que ver con la vergüenza, sino con el dolor, y salió a la calle a ganarse el pan como vendedor ambulante.

El primer personaje que interpretó fue en los carnavales, su momento preferido del año: “Los carnavales eran mi momento preferido del año. Me divertía mucho porque me disfrazaba y salía a la calle, solo. Era muy tímido, muy apocado. Me sentía feo y me ponía algo encima, algo distinto, y eso me proporcionaba a mí ser otro. Esa era una fiesta, pero una fiesta con una responsabilidad absoluta. Hacía todo eso, para mí mismo. También imitaba a cantantes en el colegio y esa fue una gran entrada a la aceptación.”

Estudió arte dramático y comenzó a trabajar como actor, a la vez que desempeñaba diversos oficios, entre ellos el de vendedor a domicilio, pintor en el sector de la construcción y visitador médico. Su debut en los escenarios se produjo en 1948, cuando protagonizó “Prohibido suicidarse en primavera”. Al finalizar sus estudios de arte dramático, crea la compañía Nuevo Teatro en 1950, que le supone ser un renovador de la escena argentina de la década del 60, tuvo la compañía a pleno rendimiento hasta 1968: “El movimiento Nuevo Teatro surgió cuando tenía 20 años. Fue espléndido, con Alejandra Boero y Pedro Asquini, como responsables de ese movimiento nació todo. Eso fue en el 50, y duró hasta el 70, pero todo sin cobrar. Lo hacíamos por vocación, pero me proporcionó una formación realmente solida. Hice autores desconocidos en esa época que hoy no lo son. Fue una época maravillosa, hasta que tomé la decisión de independizarme y empecé rápido a hacer televisión y cine”.

Refiriéndose a que década de su vida elegiría, Héctor no lo duda: “A los 40 me casé – y ya cumplimos 50 años juntos, comencé a vivir de esta profesión, porque hasta entonces hacía teatro independiente aficionado. A los 40 nació Ernesto, mi primer hijo. A los 43, Malena, y a los 44 años estaba escapando de mi país para venirme aquí. A los 40 empezó ese otro yo de Alterio”.

Se hizo famoso sobre todo por sus trabajos en el cine que empezaron en 1965 con “Todo sol es amargo”, de Alfredo Mathé. Durante los años siguientes Alterio intervino en algunas de las mejores películas de la entonces nueva generación de cineastas argentinos. Trabajo con Fernando Ayala “Argentino hasta la muerte”, Juan José Jusid en “La fidelidad”, Héctor Olivera en “La venganza del Beto Sánchez” y “La Patagonia rebelde”, ganadora de el Oso de Plata en Berlín. Y con el más destacado de ellos, Leopoldo Torre Nilsson en “El santo de la espada”, “La maffia” y “Los siete locos”.

Mientras se encontraba en España,, durante un viaje junto a Sergio Renán para presentar La tregua en el Festival de San Sebastián, en 1975, fue amenazado de muerte por la organización paramilitar argentina Triple A, por lo que decide no regresar a Argentina y residir desde entonces en España, donde consiguió también la nacionalidad española. Se reunieron con su esposa Modesta Ángela Bacaicoa Destéfano, y su hijos Ernesto Alterio y Malena Alterio , que siguieron sus pasos en la actuación: “No nos fue fácil, pero estoy inmensamente agradecido a España que nos abrió las puertas. Siempre respeto la actitud sin compromiso que tuvieron conmigo. Una actitud generosa de gente que no me conocía, que no sabía de mis posiciones. Obviamente, todos eran antifranquistas. Todos fueron desinteresados, te prestaban dinero, te daban trabajo. Eso me conmovió mucho, todo está guardado en mi corazón como un tesoro. El exilio no es fácil para nadie. Saber que no podes regresar a tu país, que tu mujer y tus hijos corren riesgo de vida, es un sentimiento inexplicable. Malena tenía ocho meses y Ernesto cuatro años cuando llegamos a España con nosotros en el exilio. Luego comprobé que todo lo que pasaron fue muy duro. Los admiro y los valoro todavía más por cómo asumieron todo lo que les ocurrió. Pese a su dolor y los momentos angustiosos, siempre he sentido que ha habido mucho humor, mucho amor.”

Desde su exilio en 1975, Alterio también ha tenido participación en muchas producciones españolas, dejando memorables creaciones en “A un Dios desconocido” de Jaime Chávarri, con la que obtuvo el premio al mejor actor en el Festival de San Sebastián; “El crimen de Cuenca” de Pilar Miró; “El Nido” de Jaime de Armiñán, película nominada al Óscar y premio al mejor actor de la Asociación de Cronistas de Nueva York; o “Don Juan en los infiernos” y “El detective y la muerte”; ambas películas de Gonzalo Suárez.

Sin embargo, no dejó de participar en numerosas películas en Argentina, donde fue uno de los protagonistas principales en cuatro de las primeras seis películas del país que llegaron a ser candidatas en la instancia final del Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Dichas películas fueron: “La tregua”, “Camila” , “La historia oficial” (que ganó el premio), y “El hijo de la novia”.

Casi ocho años después de haber partido al exilio, Alterio volvió a pisar la Argentina. A partir de 1983, con la caída de la dictadura militar y el retorno de la democracia, pudo volver a trabajar en Argentina; reclamado sin embargo por los más prestigiosos cineastas de ambos países, alternó constantemente sus trabajos en producciones españolas y argentinas. Ya había filmado “Los siete locos” junto a Alfredo Alcón, había trabajado en “La Maffia”, dirigido por Leopoldo Torre Nilsson, y había sido un gaucho en “Don Segundo Sombra”, de Manuel Antín, pero el cine nacional dejaba aún una puerta para él. Ese hombre recio, de voz firme y presencia de trazos implacables brindó alguno de los personajes mejor construidos de la pantalla grande. María Luis Bemberg lo convocó para “Camila” (1984), donde interpretaría a un padre más leal a su Gobierno, que a su propia hija. Si esta historia de amor trágico tuvo un impacto internacional, “La historia oficial” (1985), de Luis Puenzo, le hablaría al mundo de un tema que por entonces no toda la sociedad conocía.

“La historia oficial” es un capitulo a parte en la vida de Alterio y así lo cuenta: “Era la primera película que se hizo en mucho tiempo sin que la censura tuviera algo que ver. Con ese film tuve una sensación muy importante... sentí en cierta medida que sobrepasaba mis posibilidades como actor porque además del Oscar y del gran trabajo de Norma Aleandro, dio la vuelta al mundo. Sentía que le estaba diciendo a la gente lo que nos había pasado y que no queríamos que nos volviera a suceder. La película la hicimos con total libertad, pero me proporcionó a mí una responsabilidad, como un poco vocero, donde, a través de mi trabajo le contaba al público, lo que nos había ocurrido a los argentinos”.

Sin dudas, en Caballos salvajes, el film de Marcelo Piñeyro, pronunció la más popular frase del cine argentino: "La puta que vale la pena estar vivo", y así lo recuerda: “Aída Bortnik, gran amiga, con la que tuve la suerte de trabajar muchas veces, hizo el argumento de la película. Estábamos filmando en la provincia de Buenos Aires, en una especie de loma, y nos quedamos sin argumento y estaba todo preparado para rodar. Marcelo Piñeyro tuvo que llamarla para preguntarle qué diríamos. ‘Decíle que diga: «La puta que vale la pena estar vivo»’. Esa frase me ‘condenó’ a mí durante mucho tiempo porque todo el mundo me conocía por eso. Me la gritaban por la calle cuando iba a Buenos Aires. Es un recuerdo muy grato. Uno de los más gratos de mi carrera.”

En 2004 recibió el Goya de Honor y en 2008 el Cóndor de Plata por su trayectoria profesional.

El actor sigue trabando, su edad no es excusa. Uno de sus caballitos de batalla, son los textos de León Felipe, poeta español que partió al exilio tras la Guerra Civil y se radicó en México, son unos de sus favoritos. Alterio, cuando era adolescente, antes de su propio exilio, antes de convertirse en un actor de prestigio internacional, iba a ver a Felipe cada vez que se presentaba en Buenos Aires. Con respecto a esto, Héctor asegura: “Los versos de León Felipe me dan muchas alegrías. Estoy manejando a un público que, desde el silencio absoluto hasta el aplauso más sonoro, me está respondiendo. Estoy tratando de que se me escuche, que se me vea, que se me atienda, que se me comprenda. Estoy hablando yo. Usted pagó para eso, y yo estoy aquí arriba y tengo que convencerle de que estas palabras, que he dicho cientos de veces, las digo por primera vez y para usted solo. Ese es el juego, me divierte muchísimo y me da poder. Me siento poderoso, el domador del silencio, y eso me emociona”.

Alterio regresó a Buenos Aires luego de diez años de ausencia y fue declarado Personalidad Emérita de la Cultura, para él un premio inmerecido, pero para todos los argentinos un gran Honor que lo posea. El cariño de sus colegas fue el tesoro más preciado que se llevó de regreso a su España, que lo esperaba nuevamente con los brazos abiertos.

Héctor, es sobre todo, un gran agradecido. Vive su vida y el escenario con gran alegría e infinito agradecimiento al público que día a día sigue eligiendo verlo y demostrándole su incondicional admiración y cariño.
Héctor Alterio: "En las horas límites, conocí a las mejores personas"

El prestigioso actor con más de 75 años de trayectoria, nombrado Personalidad Emérita de la Cultura, ganador de la Concha de Plata, varios Martín Fierro, premio Konex, el preciadísimo Premio Max, el Goya de Honor y el Cóndor de Plata por su trayectoria… habló, desde España, en Íntimamente con Alejandra Rubio de su vida, su infancia, sus comienzos, el exilio, sus éxitos, sus miedos, sus ganas de continuar arriba de los escenarios pese a sus 95 años y recordó como fue el tiempo en el que llegó a España: “Cuando tuve que salir de Argentina en 1974 para eludir a la dictadura militar argentina y las amenazas de muerte de la Triple A., llegué a España con una mano atrás y otra adelante. Yo estaba en el festival de San Sebastián representando la película ‘La tregua’ y le llegó a mi mujer una carta diciendo que me convidaban a irme del país o podía ser ejecutado en cualquier lugar que me encontraran. Aquí comencé a buscar más trabajo de actor, por suerte trabajaba, pero tenían que doblarme por mi acento argentino. Luego llegaron más argentinos y se fueron familiarizando más con el acento. España me acogió y me adoptó. En las horas límites de todos los seres humanos, uno llega a saber ¿Quién es quién? Y yo encontré gente que no tenía historia conmigo, ni raíces y que me brindó su ayuda tan amorosa que realmente me conmovieron.” Aseguró Alterio que se encuentra radicado desde hace 50 años en España pero, cuando recibió el Goya de honor, la máxima distinción del cine español, le dedicó el premio a la Argentina. País al que pudo volver luego de 8 años y con pasaporte Español.

El reconocido cantante y autor, uno de los mayores iconos de la música latinoamericana, habló en exclusiva, en Íntimamente con Alejandra Rubio, de su presente, su reciente retiro de los escenarios y la posibilidad de una despedida de su público acá en Argentina: “Yo ya no quería cantar más, me iba a dedicar solo a componer, pero creo que ahora voy a hacer un show en Argentina. No puedo adelantar mucho porque estamos aún en conversaciones para hacerlo y no está todo firmado. Pero la despedida de Octubre pasado, no será la última si Dios así lo quiere.” Aseguró el músico argentino que puso fin a su carrera artística a sus 82 años de edad. Siendo ganador de un Grammy como mejor compositor. Que actualmente vive en EE.UU junto a su mujer y sus cuatro hijos. Quien grabó más de 70 álbumes. Compuso más de 2000 canciones. Sus composiciones han sido traducidas al italiano, portugués, alemán, francés, inglés y japonés. Lleva vendidos más de 120 millones de discos en el mundo y sus temas han sido grabados en diferentes géneros como romántico, folklore, tropical, cumbia, banda, tango, ballenato y rancheras…

El reconocido cantante, autor, conductor de radio y televisión realizó en “Íntimamente” con Alejandra Rubio un minucioso recorrido por su carrera, su relación con Los Pericos, sus momentos más memorables junto a los más grandes de la música, su faceta de conductor, su paso por la tele, por la radio... su visita a Las Islas Malvinas... El sentimiento de estar en el cementerio Darwin, cuando el casi fue un ex combatiente... y el agradecimiento a la vida por su pasado y su presente: “Soy un agradecido a la vida, tuve muchísimo éxito, muchos logros y nunca perdí el eje. Conocí y disfruté de personas maravillosas, de grandes músicos, realmente soy un privilegiado. Tengo los mejores recuerdos de la Negra Sosa y el privilegio de haber compartido con ella muchas cosas. Esas son de las mejores satisfacciones que me dio esta carrera.”

El reconocido locutor y animador abrió su corazón en Íntimamente con Alejandra Rubio. Habló de su historia, su niñez, sus comienzos y cómo encararía hoy su carrera si pudiese volver atrás: "Mientras mis hijos crecían yo me la pasé laburando. A la distancia sé que fue un mal negocio. Hubiese preferido tener una casa más chica y un auto más viejo, pero haber estado más tiempo con mis hijos, disfrutar más de ellos. Sylvia, mi ex, prácticamente crío a nuestros hijos mientras yo laburaba como un loco. Por eso siento que hoy ser abuelo es una revancha que me da la vida. Hoy reconozco que con mi ex nos llevamos genial, pero ella hizo mucho. Soy mejor ex marido que marido. En nuestro caso, nos conocemos desde que teníamos 19 años y nunca nos dejamos de querer. Las separaciones siempre son dolorosas, pero el tiempo lo cura todo. Ella sabe que si algún día necesita de mí, yo estaré incondicionalmente." Confesó Jorge Formento, que esta semana cumplió 40 años e la locución y aún sigue haciendo para eventos el clásico “Feliz Domingo”.

La reconocida actriz, directora y profesora de teatro, con 60 años de trayectoria profesional, realizó un profundo recorrido por su vida en íntimamente con Alejandra Rubio. Habló de su infancia, su carrera, sus comienzos, su casamiento por el mandato de su madre y sus ganas constantes de continuar: “Me casé cuando era muy chica e inducida por mi madre, ya que ese era su deseo. Mi casamiento duró solo un año. En mi vida no tuve relaciones eternas. Hay personas que están casadas veinte años y se odian, no se soportan. Yo no las juzgo, pero para mí eso no lo elijo. Mantuve cada relación hasta que duró y no hubo problemas. Cada relación fue buena, como las separaciones, sin escándalos. Respeto lo que hace cada uno, pero en mi caso siempre fui hasta donde me sentí bien. Tuve varias separaciones y tuve que empezar de cero, pero de todo aprendí. Cuando pasás algunas etapas en la vida, se tiene que agradecer, en vez de pedir más. Si uno se enamoró y fue amado, hay que recordarlo bien. Así fue siempre en mi vida. Hay que pensar lindo y eso te permite sonreír, generar otra energía.” Remarcó la actriz ganadora del premio Konex, dos Martin Fierro, un premio Carlos a la Trayectoria y hasta un Cóndor de Plata, que actualmente está protagonizando la comedia “Mamá”, de Miércoles a Domingos, junto a un gran elenco, en el Multiteatro Comafi en Av. Corrientes 1283.

El reconocido actor, escritor y director, que levantaron su obra teatral “Amor en las Redes” junto a Luisa Albinoni, por un problema entre la producción y los autores, habló en profundidad en Íntimamente con Alejandra Rubio sobre su carrera artística, su infancia, su familia, sus comienzos y como se enteró de un momento para otro que no seguiría el espectáculo: “Teníamos todo arreglado para el verano y, sin pensarlo, de repente se levantó la obra. El productor decidió terminar la gira. Lamentablemente fue de golpe. Son experiencias que te da la vida. Nunca había vivido esto, porque funcionaba muy bien con él público. Veníamos de hacer gira y nos iba muy bien. Yo hable con los productores y los autores por separado y los dos me dieron su versión. Una pena que no puedan ponerse de acuerdo. Ambas partes como que tienen razón. Me queda una charla pendiente, pero ya está decidido que la obra no se hace. Gracias a Dios yo no tengo necesidades económicas. Supe administrarme en mi carrera para cualquier eventualidad. Sino hubiese estado complicado. A esta altura del año, ya no podemos hacer otro proyecto para el verano. Si surge algo lo hago. Sino esperaré la temporada invernal. Los años me han dado cierta sabiduría y cierta calma para tomar las cosas. Eso me ayudó a enfrentar este momento.” Aseguró Arnaldo, el rey de las telenovelas que conquistó, desde hace muchísimos años, el corazón de todas las argentinas, latinoamericanas y de las mujeres de cada una de las ciudades del mundo donde se emitieron sus programas.

La reconocida cantante internacional, icono de la música y una de las mejores voces de Brasil de toda la historia, realizó un profundo recorrido por su vida en íntimamente con Alejandra Rubio. Habló de su carrera artística, su infancia, sus proyectos y como adoptó nuestro país como propio: “Amo Argentina, cuando vine a este país por primera vez tenía solo 20 años e hicimos el éxito de La Fusa  junto a Vinicius de Moraes y Toquinho. El público me abrazo desde el primer día y lo sigue haciendo hoy 60 años después. Vine tanto a Argentina, que no solo me enamoré de este país y su gente, sino de un argentino. Mi espeso es músico, lo conocí acá y hace 42 años que estamos juntos. Vivo un poco en Brasil y otro poco acá. En Argentina estoy llena de proyectos. Estoy escribiendo mis memorias, voy a hacer una película como actriz, tengo ganas de grabar un disco de tango y otro con autores de acá, como: Fito Páez, Alejandro Lerner o Paz Martínez. Además estoy muy feliz porque este jueves 19 de diciembre me reencontraré con mi público en “Café la Humedad, ese emblemático lugar de Buenos Aires en la Calle Carlos Calvo 2540.” Aseguró la icónica cantante de Bossa Nova, que en su impresionante trayectoria incluye más de una veintena de discos solistas y viajes por todo el planeta llevando su música.

La reconocida actriz, bailarina, cantante e imitadora, abrió su corazón y realizó un profundo recorrido por su vida en íntimamente con Alejandra Rubio. Habló de su carrera artística, su infancia, su paso por la anorexia, sus proyectos, su presente, si volvió a contactarse con sus ex (Norberto Marcos y Javier Milei) y como no abandona sus deseos de ser madre, pese a no tener actualmente una pareja: “Ser madre es un deseo mío desde hace mucho tiempo. Por las vueltas de la vida y el trabajo todavía no se dio. Pero por más que no tengo pareja, no descarto ser madre. No ahora. Pero no descarto nada, ni la inseminación, ni el alquiler de vientre. No sé, hoy no es el momento, pero más adelante no descarto ningún método. Hoy estoy muy abocada a lo laboral, pero si quiero ser madre algún día. No lo descarto para nada, todo lo contrario.” Aseguró la multipremiada internacionalmente imitadora, que recién llegada de realizar su espectáculo en Las Vegas, se prepara para debutar el 26 de diciembre en Villa Carlos Paz con su espectáculo “100% Fátima” en el Teatro Luxor, junto a Marcelo Polino, Los Pampa, un gran elenco de bailarines y orquesta en vivo.

El reconocido actor, humorista, productor, director, músico y artista plástico realizó un profundo recorrido por su vida en íntimamente con Alejandra Rubio. Habló de su carrera artística, su infancia y como por dar su postura política sufrió censura en su profesión: “El nunca callarme nada me trajo mis problemas. No practico la autocensura, creo que todos somos libres de decir lo que pensamos. Yo trabajé mucho en Canal 7 con Gasalla y otros programas, pero cuando públicamente di mi postura política no pude volver más. Me censuraron en canal 7 cuando dije que era macrista. Nunca pude tener una reunión, ni me contestaron ni un mensaje, ni me atendieron el teléfono. No estoy enfrentado con nadie, pero no soy parte de estos grupos que se han aprovechado de la cultura para recibir ciertos dividendos. Para mí es mucho más importante darle de comer a un chico que tiene hambre que darle plata a un director para que haga películas. No estoy en contra de mis colegas, yo estoy a favor de que se borren esos nidos que les convienen a algunos. La cultura no es ni kirchnerista ni macrista ni mileísta. La cultura es cultura. Hoy todos lloran como si se fueran a morir de hambre. Yo nunca me morí de hambre si no recibía guita del Estado. Si el que te quiere ver paga una entrada, vas a vivir de eso, no del Estado. Yo estoy en contra de usar al Estado como kiosquito. Yo siempre autogestioné y viví de mi trabajo. De niño fui muy pobre y aprendimos que para comer teníamos que trabajar, no esperar planes. Mis viejos me enseñaron la cultura del trabajo.” Aseguró el cómico que actualmente tiene su banda musical y con su show de humor recorre todo el país.

La reconocida actriz de cine, teatro y televisión realizó un profundo recorrido por su vida en íntimamente con Alejandra Rubio. Habló de su carrera artística, su infancia y como se convirtió en una de las reinas de las telenovelas en Argentina, dejando de lado su carrera de cantante por el acoso que sufrió de un directivo de su compañía discográfica: “Yo empecé mi carrera como cantante en el programa ‘Escala Musical’ enseguida fue un éxito, pese a ser una época difícil para las mujeres en aquel momento. Más allá que decían que las mujeres no vendían discos yo firmé contrato con Odeón. Fui al Festival Internacional de la Canción, en Perú, canté en una plaza de toros frente ante 15.000 y gané el festival. Fue con ‘Canción inolvidable’, de Dino Ramos y Armando Patrono. Dino no quería que yo fuera quien cantara el tema, quería que fuera un hombre. Pese a todo pude ir yo y gané. Todavía era menor y me tuvo que acompañar mi mamá. Pasó el tiempo y encajonaron mi contrato por que yo no accedía al acoso que estaba sufriendo. Al tener a mi papá y mis tíos relacionados con el teatro había zafado de muchas, pero no de esta. Finalmente tuve que pedir mi contrato y rescindirlo para poder zafar. El destino me dio después una gran carrera como actriz.” Aseguro Albero quien conquistó el corazón de los argentinos con ‘Trampa para un soñador’, ‘No es un juego vivir’, ‘Quiero gritar tu nombre’… entre tantos otros éxitos.